¡Yo quiero ser un Coolhunter!
Tal como su nombre en inglés lo indica, un Coolhunter es un cazador de tendencias. El término fue adoptado por primera vez en el año 1997 por la revista The New Yorker para referirse a la actividad desarrollada por DeeDee Gordon, una publicista especializada en investigación de mercados. Si bien, el Coolhunting no es estrictamente una disciplina nueva, en la actualidad existen muchos enfoques emergentes que cada vez cobran más y más importancia en el mercado y redefinen el uso del término.
Para simplificarlo, un Coolhunter es un profesional especializado en detectar y entender las futuras tendencias del mercado para orientar la actividad de una o varias empresas. Aún cuando el concepto ha sabido estar más vinculado a la moda, hoy la expresión se utiliza para designar el análisis de los hábitos de consumos y las prácticas ocultas detrás esas simples y pasajeras modas. Estos elementos de análisis, que denominamos tendencias, se vinculan más con las motivaciones que con los actos de consumo.
El trabajo de un Coolhunter consiste así en ayudar a una empresa a descifrar las tendencias y oportunidades de negocio, evaluar la situación e impacto de la organización en el mercado y planificar acciones que le permitan adelantarse a lo que se avecina, para conseguir mejores resultados en el desarrollo de su actividad. El Coolhunter es un profesional con un poderoso nivel estratégico, capaz de generar nuevos modos y formas de comunicación para promocionar nuevos productos y diseños.
Para conseguir estos resultados, el Coolhunter ha de tener conocimientos muy diversos vinculados a campos como la psicología, la sociología, la semiótica, la comunicación o la antropología, que le permitan entender y descifrar el comportamiento de los ciudadanos. También para desarrollar esta actividad resulta imprescindible el dominio de Internet, redes sociales y otras herramientas digitales.