“Vivir fuera de tu país te abre la mente y te convierte en una persona mucho más empática”
Vivir en el extranjero es una experiencia que nos cambia en muchos sentidos, tanto profesional como personalmente. En Mi maleta y yo hablamos hoy con Andrea Lowndes. Con solo siete años, Andrea cambió su Río de Janeiro natal por el Reino Unido, donde creció personal y profesionalmente junto a sus abuelos. Volvió a Brasil para trabajar como Associate en 1990, pero finalmente sólo pasó un año allí: conoció al que ahora es su marido, se enamoró de él y decidió seguirlo hasta Madrid, donde han criado a sus hijas, han conocido a multitud de amigos y viven felices.
¿Por qué decidiste dejar tu ciudad?
La verdad es que no lo decidí yo. Cuando tenía siete años, mis abuelos estaban viviendo en Reino Unido y mi familia decidió que lo mejor para mí era irme a estudiar allí. Y así lo hice.
¿Cuándo llegaste a Madrid?
Me vine a Madrid porque mi marido es de aquí. Yo por entonces estaba trabajando en Río de Janeiro, pero me enamoré de él y, como era imposible que se trasladara a Brasil porque no tenía movilidad en su trabajo, fui yo quien hizo las maletas y se vino para acá.
¿Te costó adaptarte a tu nueva vida?
¡Sí! Me costó muchísimo al principio, pero bueno… ¡estaba muy enamorada! Y eso siempre ayuda.
¿Qué es lo mejor y lo peor de vivir fuera de tu país?
Yo creo que lo mejor de vivir en el extranjero, en un país diferente al tuyo, te abre la mente y te convierte en una persona mucho más empática. Y lo peor, para mí es evidente: siempre echas de menos a alguien que está lejos.
¿Cómo es tu vida en España?
Llevo ya 25 años en España, así que he criado a mis hijas aquí, tengo muchos amigos… Reconozco que mi calidad de vida es muy buena, aunque a nivel profesional creo que hay menos oportunidades aquí.
¿En qué se diferencia y en qué se parece a la que llevabas en Brasil?
¡La principal diferencia es que yo era muy joven cuando dejé Brasil y ya no lo soy tanto! Además, en Brasil el trabajo y las personas me parecían más dinámicas. Sin embargo, la calidad de vida era peor: trabajaba más horas y, encima, vivía a una hora en coche de la oficina. Ahora mismo, aquí estoy a cinco minutos de mi lugar de trabajo.
En cuanto a las semejanzas, creo que en ambos países la familia es muy importante, sobre todo las madres. Además, a los españoles y a los brasileños nos gustan mucho dos cosas: el fútbol y la cerveza.
¿Te gustaría vivir en otra ciudad distinta?
Ahora mismo no tengo en mente mudarme a ninguna otra ciudad, pero reconozco que me gustaría mucho vivir en un sitio cercano al mar o en pleno campo.
¿Qué le recomendarías a alguien que quisiera vivir en el extranjero y probar la experiencia que has vivido tú?
Que visitara el país en el que va a vivir antes de mudarse e intentara conocer un poco a las personas con las que va a compartir nuevas experiencias. Además, si fuera posible, le recomendaría que intentara ir con trabajo antes que lanzarse a la aventura.