“Vine con tantas ganas que me encontré como en casa”
¿Hace cuánto tiempo y por qué decidiste emigrar a EE.UU.?
Hace 9 años que pisé Nueva York por primera vez para asistir a una reunión. La ciudad me dejó impactada de tal manera que empecé a maquinar cómo podía yo venir a vivir aquí y formar parte de esa locura urbana.
¿Tenías empleo al llegar? ¿Cómo lo conseguiste?
La primera vez que llegué a Estados Unidos, fue como expatriada, a la ciudad de Filadelfia, para trabajar en una empresa exportadora de aceite de oliva que necesitaba más presencia en el país. La segunda vez lo hice de mano de las becas Extenda, a Nueva York. Se cumplía mi sueño. Estando allí conocí la empresa de videojuegos para la que actualmente trabajo. Hubo muy buena conexión y con ellos sigo.
¿En qué ciudad resides ahora y cómo es la vida allí?
En Boston, que pertenece a la región de Nueva Inglaterra. Está a 4 horitas (en coche) al norte de Nueva York. Quitando el invierno, que este año nos ha dejado enterrados en nieve casi tres meses, la vida aquí es tranquila y la ciudad tiene una gran oferta cultural. Es de las regiones con más historia de Estados Unidos, y hay cientos de pueblos salteados por la costa y la montaña que merece la pena visitar. El otoño es lo mejor! Con los cambio de colores en las hojas! Todo se pinta de tonos rojos y dorados.
¿Te ha costado adaptarte?
Adaptarme al país no me costó nada. Vine con tantas ganas que me encontré como en casa y alucinando con todo. El cambio de Nueva York a Boston me ha costado más, pero porque nunca quise dejar Nueva York. Me sigo resistiendo al cambio, a pesar de que han pasado ya varios años. El tema del coche recién llegada a Filadelfia también me costó. Vivía en un área suburbana y sin transporte público. ¡No podía concebir que tuviera que ir al buzón o a tirar la basura en coche!
¿Qué es lo mejor de la experiencia y qué es lo más difícil?
Lo mejor son las oportunidades para viajar, conocer sitios nuevos, y compartir estas vivencias con gente que si no hubieras salido de tu zona de confort nunca hubieras conocido. El desarrollo profesional es tremendo también, he tenido la oportunidad de trabajar con empresas y asistir a eventos que quizá en España no hubiera tenido. Lo más difícil, sin duda, es estar lejos de la familia. Hemos tenido un bebé y la mayoría de nuestros seres queridos aún no la conocen. Esas cosas cuestan.
¿Qué le recomendarías a alguien que quisiera probar suerte allí?
Primero que mire bien el tema de los visados. Es difícil (no imposible) venir a buscar trabajo a la aventura. Necesitas una empresa que te respalde. Lo segundo, venir con ganas de trabajar y comerte el mundo. Aunque esto creo que se puede aplicar a cualquier destino. ¡A por todas!
