Ventajas e inconvenientes de tomarse un año sabático
Publicación
19 de agosto de 2018
Lectura: 2 minutos
Tomarse un año sabático y aprovecharlo para viajar puede parecer, a priori, una opción muy atractiva. Hacerlo tiene sus beneficios, sí. Pero también sus desventajas. Antes de emprender esta aventura, sopesa todos los pros y los contras.
Estos son los beneficios:
- Ganar experiencia. Cuando tienes veinte y pocos, tomarte un año sabático, después de la universidad o durante ella, es una buena experiencia en la que ganarás, seguramente, habilidades y capacidades que en la universidad no te enseñarán y que difícilmente podrías aprender en un trabajo. Eso sí, debes aprovechar ese año sabático. No se trata de viajar para hacer turismo solamente, sino de aprovechar ese tiempo para ganar experiencia. ¿Cómo? Colaborando en proyectos de voluntariado con ONGs internacionales o de encontrar pequeños trabajos en los países a los que viajes. Puedes aprovechar ese año para aprender un nuevo idioma o hacer prácticas de lo que estás estudiando.
- Aprender a superar retos. Viajar por el mundo te pondrá delante de situaciones difíciles que tendrás que superar. Gracias a estos retos, aprenderás otras habilidades que te serán de utilidad cuando te incorpores al mundo laboral. Deberás enfrentarte a situaciones que en la comodidad de tu entorno seguramente nunca te plantearías y aprenderás a superarlas tu solo.
- Hacer networking. Durante tu año sabático también podrás hacer contactos y conocer gente nueva. Además de acercarte a culturas y formas de pensar diferentes, que te enriquecerán como persona, también puedes hacer networking. ¿Quién sabe? Tus contactos podrían abrirte una oportunidad en el futuro.
Por contra, también debes tener en cuenta estos aspectos más negativos:
- Perder el ritmo de estudio. Si decides tomarte el año sabático a mitad de tus estudios, debes tener presente que eso supondrá un paro a tu ritmo de estudio. Tus compañeros avanzarán y terminarán antes que tú. No es nada malo, pero debes tenerlo presente para que no te sorprenda a tu regreso.
- Gastar tus ahorros. Aunque puedes trabajar, un año sabático suele implicar invertir todos o parte de nuestro dinero. Antes de emprender una aventura de este tipo, debes analizar si tienes los suficientes recursos económicos como para hacer frente a los gastos más importantes y estás dispuesto a invertirlos en ese proyecto de vida.
- Quedarte desfasado. Durante el año que estarás fuera, tu sector profesional evolucionará. Aparecerán novedades que tú te perderás. También deberás ser consciente de ese inconveniente para poder solucionarlo a tu vuelta.
Sea como sea, si eliges emprender un año de aventuras por el mundo, recuerda que debes sacar provecho de él.
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