“Todo el mundo va a Washington para hacerse mejor”
Cristina García Casado es periodista y llegó a Washington en enero de 2011, con 23 años y una beca de La Caixa que le permitía trabajar como corresponsal en la delegación de la Agencia EFE durante un año. Después, volvió a Barcelona pero su relación con la capital estadounidense había sido tan intensa que, tras dos años trabajando en España, sintió que necesitaba volver. Lo consiguió y, desde entonces, vive feliz como periodista especializada en política estadounidense y temas latinoamericanos. Hoy nos cuenta cómo es su día a día allí, qué es lo que más echa de menos de España y si se ve de vuelta algún día.
¿Cuándo y por qué decidiste emigrar a Washington?
En 2010 obtuve una de las 15 becas EFE-La Caixa y mis destinos fueron primero Barcelona, en 2010, y después Washington, en 2011. Me encantó la experiencia, aprendí muchísimo y pude viajar por todo el país y Canadá. Poco antes de terminar la beca me contrataron en EFE Barcelona. Tras dos años muy buenos, me di cuenta que quería volver al periodismo internacional y vivir fuera de nuevo, así que me presenté a una plaza en Washington, donde trabajo como corresponsal de la Agencia EFE desde diciembre de 2013. Y estoy muy feliz.
¿Te costó adaptarte a tu nueva vida? ¿Qué fue lo más difícil?
El de Washington fue mi séptimo “empezar de nuevo” en una ciudad, así que ya tenía rodaje. Antes estuve en otras ciudades, como Valladolid, Liège (Bélgica), Barcelona, Washington, Barcelona, etc. Pero lo más difícil fue navegar esos meses de transición entre la vida que dejas atrás y la vida que empiezas a construir. En mi caso, me coincidió con un riguroso invierno de nevadas y temperaturas gélidas, además de con mi trabajo como responsable del turno de cierre, es decir, de 6.30 pm a 2.30 am. Eso sí, esa experiencia me hizo mucho más fuerte, aprendí mucho de mí misma y di un gran paso adelante en mi carrera.
¿Qué cosas haces allí?
Después de estar dos años como redactora de política en Barcelona, ahora llevo casi tres años como corresponsal en Washington, especializada en política estadounidense y temas latinoamericanos. Este año, por ejemplo, estoy cubriendo la campaña electoral estadounidense, la Organización de Estados Americanos (OEA), y otros temas latinoamericanos como la crisis en Venezuela y la actualidad del virus del Zika.
¿Qué es lo mejor de la experiencia de vivir en esta ciudad?
La diversidad. Es una ciudad que te enriquece cada minuto solo por el hecho de vivir allí. Todo el mundo va a Washington para hacerse mejor. Conoces continuamente personas brillantes, trabajadoras, y muy motivadas de todos los rincones del mundo. En mi último cumpleaños tuve amigos de más de diez nacionalidades, desde México a Pakistán. Es muy enriquecedor.
¿Y lo más difícil hasta el momento?
Lo duro es siempre estar a un océano de la familia. Estar lejos cuando alguien cercano se pone enfermo.
¿Qué planes tienes para el futuro?
Por el momento el plan es seguir disfrutando y aprendiendo en Washington, donde tengo mi vida construida con mi novio, nuestros buenos amigos y un gran trabajo muy estimulante.
¿Te ves de vuelta en España?
Si vuelvo a Europa será, sobre todo, por estar más cerca de mi familia. Por supuesto, volver es una opción que siempre está ahí, pero ahora es, para nosotros, momento de ver el mundo y seguir creciendo con la experiencia de vivir en el extranjero. El estilo de vida español -¡y la comida!- nos encanta, pero sería duro para nosotros acostumbrarnos a las condiciones laborales actuales en España, sobre todo para los jóvenes.
¿Qué recomendarías a alguien que quiera probar suerte en Estados Unidos?
A EEUU hay que ir preparado. Probablemente es uno de los peores destinos pada “probar suerte”. El asunto de los visados es muy estricto y para vivir aquí con buenas condiciones necesitas un buen trabajo (de eso depende también el seguro médico, el alquiler al que puedes acceder, etc.). La mejor manera es llegar con una beca para cursar master, como empleado de una empresa internacional o española, o como corresponsal de un medio. Au Pair también es una opción, o estudiar inglés en una academia, pero estas son alternativas más inciertas.