Tecnología cívica, activistas digitales
De todos los ámbitos de aplicación de las TIC, su utilización para mejorar la participación social ciudadana, así como la conciencia y la responsabilidad cívica, ya tiene un nombre: “tecnología cívica”. Una tendencia que comienza a revolucionar los medios sociales y a abrir nuevos caminos hacia la cooperación entre los expertos tecnológicos y los activistas sociales.
Un informe del instituto norteamericano Knight Foundation, define estas nuevas empresas tecnológicas como compañías que pretenden mejorar la interacción entre los ciudadanos y sus gobernantes, permitiéndoles ser parte activa del sistema democrático y promoviendo un gobierno transparente y abierto. En definitiva, intentando mejorar la calidad de vida ciudadana.
En España, podemos encontrar tecnologías cívicas de software libre en plataformas como las de micromecenazgo (crowfunding): el proyecto Smart Citizen-Sensores Ciudadanos; el portal de Tv Adtlántida.tv; o el proyecto Protolab Móvil, son algunos de estos ejemplos.
Si bien en nuestro país todas estas actuaciones se encuentran en una fase muy emergente y en su mayoría luchan por mantener su continuidad o probar ser eficientes y sostenibles, en otras partes del mundo iniciativas de esta índole comienzan a cobrar una fuerza indiscutida.
En Estados Unidos, por ejemplo, las start-up ligadas a este tipo de tecnología están logrando captar inversionistas de renombre como Ashton Kutcher, Jeff Bezos, Google y Andreessen Horowitz. Todo lo que hace suponer que este nicho emergente del mercado ya ha comenzado su carrera ascendente y que es un muy buen momento para empezar a invertir en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.