Técnicas de concentración
En la era de las búsquedas sin fin en las redes sociales, inconscientemente entrenamos a nuestros cerebros para que salten de un clip a otro, como una polilla a una llama parpadeante, consumiendo segundos de información, pero perdiendo horas de productividad en el proceso. Las técnicas de concentración pueden ayudarnos a mantener una atención plena.
Según los expertos de informática de la Universidad de California, nuestra capacidad media de atención se está reduciendo y estamos perdiendo poco a poco nuestra capacidad de concentrarnos en una tarea durante más de dos minutos.
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Calificación de capacidad de atención “corta”
La falta de atención no es una falta de concentración, sino un cambio rápido de enfoque de una tarea a otro tema no relacionado. Es la dificultad para prestar atención a la tarea que se tiene frente a uno y tomar todos los desvíos mentales imaginables. He aquí un ejemplo rápido y común:
Estás escribiendo un informe para el trabajo. Aparece una notificación en tu teléfono. La revisas. Piensas: “Ya que tengo el teléfono en la mano, podría revisar mis aplicaciones de redes sociales rápidamente “. Y luego, “rápidamente” se convierte en un atracón de dos horas de vídeos de cocina.
Las distracciones frecuentes como esta no solo afectan la productividad, sino que también se dice que reducen nuestra capacidad de atención. ¿El antídoto? La concentración. Concentración significa controlar el centro de tu atención. Te da la capacidad de evitar distracciones y formar nuevos hábitos que te hagan más productivo.
Pero para lograr esa capacidad, debemos abordar la causa (o causas) de la falta de concentración. Hablemos de ello a continuación.
¿Qué causa la falta de atención?
Aquí, profundizamos en el meollo del asunto: ¿Cuáles son las cosas que afectan la concentración? Las causas principales de la falta de atención son difíciles de detectar y se necesita una mente firme para identificar a los culpables. Si bien hay muchos factores que pueden hacer que pierdas la concentración, todos ellos se incluyen en una o en una combinación de los siguientes:
Distracciones
La distracción es el archienemigo de la atención sostenida. Son cebos y tú eres la presa. Si muerdes el anzuelo, serás atraído a otra dimensión donde tus tareas importantes simplemente no existen.
Las distracciones pueden ser internas o externas, pero una es tan dañina como la otra.
- Distracciones externas: notificaciones sonoras, tu teléfono (y sus brillantes aplicaciones de redes sociales), el televisor, etc.
- Distracciones internas: pensar en qué cenar, ansiedad por las tareas del día siguiente, reglas autoimpuestas, etc.
Las distracciones internas a veces pueden parecer emocionantes y positivas debido a su atractivo para el crecimiento personal y profesional. Pero la mayoría de las veces se trata simplemente de un caso de SOS (también conocido como síndrome del objeto brillante): perseguir las cosas importantes y dejar atrás un rastro de tareas sin terminar no es productividad.
Estilo de vida poco saludable
Un estilo de vida poco saludable es como un titiritero que trabaja en las sombras. Uno cree que todo le va bien y que su falta de concentración es solo resultado de sentirse desmotivado o cansado.
Pero saltarse el desayuno, un horario de sueño caótico, la deshidratación o un alto consumo de azúcar podrían en realidad estar causando que tu cerebro funcione a toda máquina, dificultando así la concentración.
Factores ambientales
Observa tu lugar de trabajo en este momento. ¿Cuántas de las cosas que ves no están en orden? Sí, algo tan simple como el desorden visual podría estar causando tu desorden mental.
Lo peor de todo es que, a veces, ni siquiera nos damos cuenta de cómo un entorno desordenado afecta a nuestro cerebro. Por eso, cuando sientas que no puedes concentrarte a pesar de esforzarte, prueba a limpiar tu entorno. Una oficina en orden puede ser justo lo que necesitas para mejorar la concentración.
Condiciones médicas
¿Sabías que la diabetes provoca problemas de memoria y afecta la concentración? Es solo una de las muchas afecciones médicas que contribuyen a la falta de atención.
Algunos medicamentos, especialmente los más fuertes, también pueden hacer que te sientas somnoliento o con los ojos llorosos. Por eso, visitar a tu médico también es esencial para mantener bajo control tu bienestar general.
Condiciones psicológicas
Ciertas afecciones psicológicas, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la depresión y otras afecciones, pueden hacer que pierdas la concentración en una tarea en particular. Aunque no son raras, a veces estas afecciones son difíciles de detectar.
Si bien la mente dispersa no es un trastorno, estos problemas que se esconden bajo la superficie sí lo son. Si a menudo te resulta difícil aquietar tu mente, especialmente después de probar todo tipo de formas de abordar tu falta de capacidad de atención, es posible que necesites un diagnóstico de un profesional de la salud mental.
Existen numerosas aplicaciones de productividad que te ayudarán a administrar tu tiempo, mantener la concentración y minimizar las distracciones. Pero estas son solo herramientas. La disciplina vendrá de ti.