¿Te imaginas un entorno laboral sin oficinas?
Hace unas semanas, Automattic –la empresa tecnológica que está detrás de la plataforma de contenidos WordPress– publicó este anuncio en una inmobiliaria digital para intentar vender sus lujosas oficinas en el centro de San Francisco. ¿Y qué?, te preguntarás. Que una compañía de este calibre quiera cambiar su localización no es nada nuevo, ¿verdad? ¡Por supuesto que no! Lo que sí resulta más novedoso es que se hayan visto obligados a vender sus oficinas de trabajo porque… ¡nadie las usa!
“Compramos unas oficinas alrededor de seis o siete años atrás, bastante buen precio de alquiler, pero nadie va allí. Cinco personas van y tienen 1.300 metros cuadrados para ellos. Algo así como 270 metros cuadrado para cada uno… Hay tantos juegos de mesa como gente”, explicaba a principios de año el CEO de la compañía Matt Mullenweg en su blog personal, tal y como recoge en este artículo.
La decisión de WordPress, que podía haber resultado algo anecdótico, está cobrando un gran protagonismo estos días porque muchos expertos creen que el hecho de que una organización de este tipo decida prescindir de sus oficinas puede marcar un punto de inflexión en los próximos años. De hecho, muchos de ellos se preguntan si no será el principio del fin del trabajo presencial.
La clave de este caso es que Automattic, a diferencia de otras empresas que ofrecen a sus empleados la posibilidad de trabajar desde casa, ha apostado firmemente por el teletrabajo ofreciendo las mismas ventajas a quienes optan por desplazarse a las oficinas y quienes prefieren trabajar de forma remota. Por ejemplo, ambos grupos tienen a su disposición unos 250 dólares para gastos eventuales, sobre todo para comida. Y ante esta tesitura, de los 550 empleados que tiene Automattic aproximadamente 500 han optado por quedarse en casa.
Las ventajas, a priori, están claras: evita los costes y el tiempo de desplazamiento hasta las oficinas de turno, permite conciliar mejor la vida profesional y personal, mejora las tasas de absentismo… Sin embargo, también hay inconvenientes que hacen que las empresas sigan pensando que el presentismo es más eficaz que el telecommute. Por ejemplo, hay una menor identificación del empleado con la empresa y se complica el hecho de aprovechar las sinergias. Además, el tema de la productividad todavía genera ciertos desacuerdos. Para algunos, el teletrabajo mejora el rendimiento de los trabajadores, pero para otros produce justo lo contrario. De hecho, Yahoo o IBM promovieron la opción del teletrabajo y se han visto obligados a dar marcha atrás porque los resultados no eran los esperados. Vamos, que el futuro del trabajo presencial es todavía una incógnita.
¿Y tú qué crees? ¿Llegará el momento en el que trabajemos en un entorno laboral sin oficinas?