Supera malos hábitos y que no afecten a tu carrera
La falta de interés en los nuevos proyectos de la empresa, el hecho de no apuntarse a nuevos cursos de formación o cuando el “no puedo” se ha convertido en tu respuesta principal en el trabajo, pueden ser tres síntomas que te sientes desmotivado o desencantado con lo que haces. Hay otros síntomas como dejarse llevar siempre por el cotilleo, estar quejándose siempre o pasar medio día deseando estar ya jubilado. Si te pasa esto, no sólo puede afectar a tu puesto actual de trabajo, si no también, al desarrollo profesional de tu carrera. Pero no sufras. Tiene solución. Si has adquirido uno o varios de los malos hábitos que hemos descrito más arriba, está en ti (y sólo en ti) el poder superarlos y sentirte mucho más motivado, incluso sin necesidad de cambiar de trabajo. Recuerda, por ejemplo, algunos de los consejos que vimos hace unos meses para evitar el síndrome burnout.
Sé positivo. Elimina los cotilleos y las críticas destructivas de tu día a día. Si te preguntan “¿cómo ha ido el día?”, no respondas con un “mal” o “fatal”. Busca lo positivo de la jornada, y destácalo. Aléjate de aquellas personas que generen mal ambiente. Adquiere una actitud positiva. Intenta mantener una sonrisa en tu boca y ser amable con tus compañeros, para favorecer al buen ambiente de la oficina. Y disfruta de lo positivo que tiene tu trabajo actual. Si te ven como una persona positiva, seguramente te ofrecerán de participar en nuevos proyectos.
Que la formación sea tu prioridad. Porque te hará estar actualizado de las novedades de tu sector y por ello serás más competitivo. Porque aprender nuevas habilidades o conocimientos te diferenciará de tu competencia y mejorará la visión que tienen de ti tus superiores. Y porque aprender cosas nuevas te hará sentir satisfacción personal que puede repercutir de forma positiva en tu motivación. Recuerda que en la actualidad no hace falta invertir una gran cantidad de dinero para acceder a la formación de las grandes universidades. Tienes los MOOC que son gratuitos.
Interésate por los nuevos proyectos de tu empresa. Aunque no corresponda con tus responsabilidades, muestra interés por los retos futuros que tiene tu empresa y si te ves preparado para poder colaborar con alguno de ellos (porque te motiva y te interesa), puedes proponer de sumarte al equipo que gestiona este proyecto. Seguro que aprenderás cosas nuevas, y además, tus superiores te verán como una persona proactiva y que toma la iniciativa, dos cualidades muy bien valoradas en el mundo empresarial.
Sé consciente de lo que haces y que los otros lo tengan claro. Uno de los malos hábitos que puede dinamitar tu desarrollo profesional en una empresa es el hecho de que tus superiores no sean conscientes de lo que haces y de cómo lo haces. Si quieres que los otros tengan claro de qué forma contribuyes, lo principal es que tu lo tengas claro y qué valores lo que aportas al global del equipo. Que no te de miedo explicar tus logros. Eso sí, siempre que esté justificado y sin pasarse.
Haz contactos profesionales y conoce gente nueva. No te estanques con una parcela de seguridad respecto a tus contactos. Habla con gente nueva de tu empresa o de tu sector. Haz networking siempre que puedas, a través de eventos sectoriales, uniéndote a tu asociación sectorial o en las reuniones de trabajo de tu compañía. Ya sabes los beneficios que te pueden aportar esa red de contactos.
Dedícate un tiempo a ti mismo. ¿Y para qué quieres ese tiempo? Para ser consciente de lo que tienes, de tus logros, de los nuevos contactos que has hecho, de lo que has aprendido de nuevo… Y para estar agradecido por todo ello. Te hará ver las cosas de otros modo.
