“Me tomé la búsqueda de empleo en el extranjero como un trabajo más”
Suiza es uno de los países mejor preparados para trabajar y por ello, se convierte en uno de los destinos preferidos de muchos de los españoles en búsqueda de oportunidades laborales. Así fue el caso de David García, un joven catalán que un buen día resolvió tomar las riendas de su futuro, abrir el juego y no seguir esperando a que la situación económica diera un giro positivo. Su esfuerzo y dedicación le abrieron las puertas del país alpino, reconocido por sus altos estándares de vida. Desde allí, David nos cuenta cómo se preparó para este cambio, los pros y los contras de emigrar y la necesidad de seguir planteándose nuevos desafíos.
¿Cuándo y por qué decidiste emigrar?
Decidí emigrar a principios del 2011. Después de tres años de crisis ya había visto suficiente. La cosa iba a ir a peor, así que antes de que decidieran por mí, tomé la decisión de probar suerte en el extranjero. Una de las mejores elecciones de mi vida.
¿Te preparaste de algún modo especial para este viaje?
Me informé de todo lo que pude vía Internet. El coste de la vida, impuestos, seguros médicos, geografía del país, contactos con otros españoles en Suiza. Toda información es buena y nunca es suficiente. Una vez aquí te encuentras con muchos otros imprevistos que tienes que ir resolviendo en el momento.
El perfil del político en Suiza es como debería ser en todo el mundo. Máxima transparencia. Share on X¿Qué ha sido lo que más te ha llamado la atención de Suiza?
Son muchas cosas. Su nacionalismo. Miran mucho por su país. Su obsesión por querer controlarlo todo y a todos. No es ningún drama, es algo sutil, pero a veces incomoda. Su respeto por la naturaleza y por los animales. Su sistema sanitario privado me parece un abuso. Cada ciudadano paga mucho dinero cada mes por nada. Y si tienes que ir al médico, hacerte pruebas o lo que sea, dependiendo de lo que te cubra tu franquicia, aún tienes que pagar un 10% de los costes. Una simple visita al doctor por un constipado, más la receta, 70 francos (unos 68 euros). Con eso lo digo todo. Hacen un gran negocio con los seguros médicos y, no hay más vuelta de hoja, es obligatorio. Su democracia directa si me gusta. El perfil del político en Suiza es como debería ser en todo el mundo. Máxima transparencia, austeridad a la hora de realizar su trabajo. Se esfuerzan en mirar por los intereses de sus ciudadanos de todas las ideologías.
¿Ha sido difícil conseguir empleo? ¿Cómo lo has hecho?
Me tomé la búsqueda de empleo en el extranjero como un trabajo más, día a día. Al acabar mi jornada laboral, empezaba mi rastreo de información sobre empresas de trabajo temporal u ofertas de trabajo directamente por la empresa. Normalmente enviaba mi candidatura por email, y si me respondían mostrando interés por mi perfil, pasábamos a hablar por teléfono. Todo esto sin hablar ningún idioma, sólo preparándome pequeñas frases, preguntas concisas dependiendo del país al que me dirigiera. En el caso de Suiza, el porcentaje de respuestas era muy alto, ni que sea para decirme que lamentablemente no tenían un puesto para mí en ese momento. Eso me motivó a seguir buscando y ya casi centrándome en Suiza. Después de seis meses de búsqueda, me salieron dos empleos, uno en la parte italiana de Suiza, el Ticino, y otra en Fribourg, en la parte francesa. Elegí Fribourg. Pero después de un año acabé mudándome al corazón de los Alpes, a la parte alemana.
¿Qué ha sido lo mejor y qué ha sido lo más difícil de tu experiencia en Suiza?
Crecer como persona viviendo en un país con una cultura y costumbres bastante diferentes a España, comprobando que se pueden hacer las cosas de otra manera. Conocer gente de todas partes; suizos, portugueses, alemanes, tunecinos, italianos, albaneses, bosnios, macedonios… hasta de Afganistan e Irán. Aprender francés y alemán, aunque ninguno lo hablo todavía como quisiera, me ha abierto muchas puertas ya no sólo para Suiza sino para media Europa. Lo más difícil, la distancia con tus seres queridos, familia y amigos. Estás fuera de tu zona de confort. También tener la sensación de que ya no perteneces a ninguna parte. O tener el corazón partío, como la canción de Alejandro Sanz.
Empezar de cero como expatriado es una tarea ardua. Share on X¿Cuáles son las principales diferencias y similitudes que encuentras entre tu estilo de vida actual y el que llevabas en España?
Empezar de cero como expatriado es una tarea ardua. Normalmente no dominas el idioma que se habla en tu nuevo destino, eso es un handicap para tu día a día. Para hacer amistades de gente de aquí cuesta un poco más. Los últimos años en España, no me iba de vacaciones a ningún lado porque no sabía si a la vuelta seguiría teniendo trabajo. En ese aspecto, en Suiza una vez entras en el mercado laboral, si eres un buen trabajador puedes dejar de preocuparte por la pérdida de empleo. ¿Similitudes? Hago más o menos la misma vida aquí que allí. Echo de menos más vida en la calle, aquí se recogen pronto. Y tal vez ahora viajo más por vivir en el centro de Europa.
¿Cuál es tu próximo destino y por qué has decidido marcharte?
En diciembre me mudo a Alemania, a Düsseldorf. El principal motivo es por irme a vivir con mi pareja, que es alemana. Pero en parte también me apetece probarme en un nuevo país, tengo nuevos planes en cuanto a mi futuro laboral. Empezar de nuevo requiere mucha energía y paciencia, algo que he aprendido con el tiempo, pero me atrae la idea de conocer por mi propia cuenta cómo se vive en otro sitio. Que no me lo cuenten, vivirlo.
¿Recomendarías Suiza como destino para tener una experiencia de trabajo y vida?
Aunque haya resaltado algunas cosas que no me acaban de convencer de Suiza, lo recomiendo al 100%, porque puedo decir que me han tratado muy bien, he aprendido muchas cosas, además de empatizar si cabe con los emigrantes en general -siendo yo uno más- y poder recuperar una estabilidad económica. Y porque es un país precioso lo mires por donde lo mires.