“Cojan sus cámaras y difundan a la gente lo que ellas registran”
Lo primero que os vendrá a la mente a la hora de hablar de este director, seguramente serán alienígenas, criaturas increíbles, asombrosos efectos especiales y una prodigiosa capacidad para recrear universos fantásticos y trasladar allí al público en cuestión de segundos.
Sí, se trata del cineasta, director y productor de cine, Steven Allan Spielberg, quien nació el 18 de diciembre de 1946, en Cincinnati, Ohio y desde muy pequeño exhibió una afición por la pantalla grande que no pasaría desapercibida.
Filmó su primera película con tan solo 12 años y, pocos tiempo después, realizó el film de guerra “Escape to Nowhere” (Escape a ninguna parte – 1961) que le llevó a ganar el primer premio en un festival para profesionales.
“Estaba haciendo estas pequeñas películas de 8mm y sabía que eso me hacía sentir muy bien, y que posiblemente podría atraer a otras personas a ese increíble medio, para disfrutar juntos de lo que estaba haciendo”, declaró en una entrevista a Directors Guild of America (DGA), respecto a aquel precoz director que crecia dentro suyo casi como en un juego.
Según relatan muchas de sus biografías, fue un amigo de la familia, que era ejecutivo editorial de Estudios Universal, quien ofreció al joven Spielberg –ya ansioso por recorrer los sets de grabación-, realizar prácticas en el estudio cuando tenía tan sólo 17 años. Al parecer, aquella oferta no habría sido del todo “oficial” y a Steven no siempre le era permitido acceder al estudio; sin embargo, sin intención alguna de renunciar a su oportunidad, el futuro director se presentó todos los días en el estudio y se escabulló en las instalaciones. Fue así que Spielberg se convirtió pronto en uno de los directores de televisión más jóvenes del ambiente, a finales de los años sesenta.
“Yo estaba obcecado por la idea de ser director de cine y pensé que la única forma de conseguirlo sería entrar en el estudio. Entonces, me vestí como un ejecutivo y fingí durante tres meses”, relata Spielberg añadiendo algunos condimentos a su propia historia en una entrevista a la BBC de Londres.
Si bien comenzó dirigiendo series para Tv, el éxito de “El diablo sobre ruedas” (1972), le dio la oportunidad de comenzar a dirigir cine y, desde entonces, los reconocimientos no han hecho más que sucederse uno detrás de otro, convirtiéndolo en el director con mayor éxito comercial de la historia de Hollywood.
“La película es un lenguaje visual y luego está el gran arte de la palabra hablada”, señaló en entrevista con DGA y añadió: “Mi trabajo es poner al público dentro de la película y reducir la distancia estética entre los espectadores y la experiencia, para que se pierdan durante dos horas y sólo se despierten cuando salgan del cine y la luz del sol les golpee la cara. Creo que tenemos éxito o fracasamos según cuán profundo en la experiencia de la historia logramos sumergir al público”.
Siete veces nominado a los Óscar en la categoría de mejor director, Spielberg ganó el premio en dos ocasiones, con “La lista de Schindler” (1993) y “Salvar al soldado Ryan” (1998). “Puede parecer que los premios son la guinda del pastel, pero, para la mayoría de nosotros, la guinda es simplemente hacer el trabajo”, subrayó Spielberg en otra oportunidad.
El reconocido director de cine, que ha sabido entretener y aterrorizar a varias generaciones recreando extraordinarias criaturas y sorprendentes escenarios, tampoco ha dejado nunca de transmitir su pasión donde quiera que ha ido: “Cojan sus cámaras y difundan a la gente lo que ellas registran”, incitó a los estudiantes en la Escuela Internacional de Cine San Antonio de Los Baños de Cuba.
