Soy una persona feliz, vivo de lo que siento
Luciano lleva más de 25 años dedicándose al teatro independiente, cuenta con un amplio recorrido como actor y director y ya ha recibido importantes premios y reconocimientos oficiales. En Argentina, su pasión por el arte dramático lo llevó a fundar el grupo de teatro El Enko y ponerse al frente de distintos centros culturales. Actualmente, vive en Barcelona y su más reciente proyecto se llama “Comediarte”, un emprendimiento que le permitió alcanzar la independencia económica suficiente para poder vivir felizmente de esta pasión.
¿De qué se trata tu proyecto actual?
Es un espacio de creación artística, donde se forman actores, se presentan propuestas originales, tanto de teatro, danza, diseño, como de cualquier expresión artística. También se realizan proyectos de cine y castings, por ejemplo. Los talleres de teatro los dicto yo mismo y constan de 3 ciclos, en los que se aprende: métodos de actuación, a componer personajes desde diferentes puntos de partida y a trabajar las emociones desde la primera persona y desde el personaje. Al finalizar el taller el alumno es invitado a formar parte del elenco estable de la compañía Grupo Comediarte.
¿Cómo y cuándo se inició?
Se inició en enero de 2010 a través de la página www.comediarte.com ofreciendo actores a domicilio. Animaciones infantiles, payasos, camareros falsos, obras de teatro a la carta, etc. Por suerte, conseguimos un local en Barcelona, donde se pueden crear espectáculos con las mejores condiciones y gracias a este espacio, las producciones salen a recorrer las salas de la ciudad. Ayudado por Cynthya Gutierrez, que diseña la web, los pósters y se encarga de las promociones y redes sociales para el mantenimiento del espacio, el proyecto pudo salir adelante.
¿Qué es lo mejor de tu trabajo?
Lo mejor es la satisfacción del trabajo realizado. Ver la cara de un actor cuando cobra alguna actuación no tiene precio. Tengo actores en la compañía que viven, o mejor dicho sobreviven, gracias a Comediarte. Pero, la verdad es que el aplauso final, tanto de una obra de la compañía o de un taller provoca una sensación indescriptible. Lo mejor de todo, para mí, es ver la actuación de alumnos de tercer ciclo y asombrarme del gran nivel que han alcanzado. Hay actores en la compañía que reciben mejores críticas que yo. “El alumno supera al maestro” es una frase que me llenará de orgullo cada vez que la escuche.
¿Complementas este proyecto con algún otro empleo?
Trabajé de transportista los tres primeros años, cuando aún no tenía muchos alumnos. Fue difícil, me levantaba a las 7 y terminaba a las 19 horas. Llegaba al local a las 20 y al rato comenzaba una clase. Esto cada día, entre clases y ensayos, prácticamente me acostaba pasada la medianoche. Afortunadamente, hoy ya no necesito un trabajo complementario. Soy una persona feliz, vivo de lo que siento.
¿Qué es lo más difícil?
Intentar superarse cada vez. Cuando en este sector uno tiene éxito un año, al otro año no puede permitirse dar un paso atrás. Hacer cosas diferentes, no creer que está todo inventado. Pero sobre todo lo más complicado, al menos para mí, es el tema contable, los números, las planillas, llevar la agenda, promocionar, etc. Cualquier cosa que se aleje del hecho artístico. Por suerte, funcionamos como cooperativa, pagamos el alquiler y tengo gente muy competente que me ayuda.
¿Qué consejo le darías a alguien que está buscando empleo en tu
sector?
Que no se frustre. Hay en nuestro sector gente que frustra a los artistas; les dicen cosas como “Tu no sirves”. Y eso está muy mal. No existen los actores malos. Existen los actores mal preparados. Seguro que si no sirve para un papel, lo hará genial para otro. Les aconsejo que caminen, que hagan eso que no nos gusta a los artistas, que es salir a vender nuestro arte. Aquí, en Barcelona hay una mentalidad muy abierta al arte que hay que aprovechar. Todo está en la búsqueda: quien lo busca, lo encuentra. Y ya saben, si necesitan más consejos, que me llamen, que se acerquen a hablar conmigo, que es gratis. Si hay algo que heredé de mi maestro, es que soy un motivador de actores… y motivos me sobran.