Saber reconocer tus errores y pedir disculpas
Como seres humanos que somos, todos y cada uno de nosotros cometemos errores, y algunos de ellos suceden inevitablemente en el entorno laboral. En este contexto, quizás más que en otros, a menudo nos cuesta admitir nuestras equivocaciones, ya sea como medida de protección de nuestro ego o como defensa ante una posible pérdida de credibilidad o confianza de nuestros compañeros o superiores. Sin embargo, para generar un clima de trabajo positivo y, sobre todo, para poder aprender y mejorar a medida que acumulamos experiencia, es necesario aprender a reconocer nuestros errores laborales.
El proceso puede parecer duro al principio, pero solamente requiere un poco de práctica. Si algo no ha salido como habíamos planeado – ya sea una reunión, un proyecto o una venta -, en primer lugar debemos analizar interiormente nuestra parte de responsabilidad en ello. Es necesario sopesar qué podríamos haber hecho mejor o de otro modo, así como armarnos con una batería de posibles soluciones o vías para mejorar nuestra actuación en siguientes ocasiones realistas y que podamos poner rápidamente en práctica.
A continuación, debemos hablar con nuestros compañeros de equipo y poner en común las apreciaciones y juicios de cada uno, no para generar una batalla campal sino como un ejercicio de autocrítica colectiva en la que cada uno explica qué cree que ha fallado y como puede mejorar y, si es necesario, pedir disculpas.
En un último extremo, si la situación lo requiere, hay que acercarse al superior y hacerle una exposición detallada del problema y sus posibles soluciones, hacerle entender que uno (o el equipo, según el caso) reconoce el error y está trabajando para solucionarlo y para que no vuelva a repetirse en el futuro.
Reconocer los errores laborales nos convierte en trabajadores dispuestos a aprender, menos conflictivos en el trabajo en equipo y más proclives a evolucionar y crecer dentro del ámbito laboral.