Robert De Niro: “Lo más importante es sentirse suficientemente suelto para poder crear”
Profesionalismo es una palabra que a veces se hace carne en algunas personas y ese es justamente el caso de Robert De Niro. A pesar de que sus últimos papeles en la pantalla grande no han logrado llamar la atención de la crítica ni de los espectadores, su indiscutido talento actoral y compromiso con la profesión lo ubican, sin lugar a dudas, en el Olimpo de los mejores actores de Hollywood.
Robert De Niro nació en Nueva York, el 17 de agosto de 1943. El actor, director, productor y también empresario, ha declarado haber tenido siempre su vocación muy en claro. Ya a los 10 años, época en que interpretó al león cobarde del Mago de Oz en una obra de la escuela, parecía saber cuál sería su rumbo profesional, y mas adelante, decidiría abandonar la escuela secundaria para dedicarse a la actuación: “Actuar es un modo económico de hacer cosas que nunca te animarías a hacer tú mismo”, señaló en una entrevista el actor, que fuera de la pantalla es reconocido por su timidez –y hasta a veces mal genio- con la prensa.
'Actuar es un modo económico de hacer cosas que nunca te animarías a hacer tú mismo' Robert de Niro Share on XSu primera colaboración para el cine la hizo con solo 19 años en una la película de Brian De Palma, “The Wedding Party” . Pero su prestigio comenzaría a crecer luego de su interpretación en “Malas calles”, de Martín Scorsese, en el año 1973. Y al año siguiente lograría hacerse con su primer Óscar a mejor actor de reparto.
El profesionalismo de De Niro le lleva a comprometerse al máximo con cada uno de los papeles que interpreta, estudiando cada gesto, postura y palabra con extrema precisión y tomando toda clase de iniciativas para hacerse cuerpo de sus personajes: subió y bajó de peso, aprendió a boxear, a bucear, a montar a caballo, fue taxista nocturno por cuatro meses para hacer “Taxi Driver”, aprendió a tocar el saxo para New York, pagó por arruinarse los dientes para “El cabo del miedo” y aprendió a hablar Siciliano para “El padrino”, entre las muchas anécdotas que se cuentan del actor.
“Muchos jóvenes actores tienen la idea de que ‘tengo que hacer esto bien. Hay un modo correcto de hacerlo’. Pero no lo hay. Solo hay bueno y malo. Y lo malo habitualmente pasa cuando te esfuerzas en exceso por hacerlo bien. Existe un amplio espectro de cosas que pueden inhibirte. Lo más importante para los actores –y no sólo para los actores, sino para todo el mundo- es sentirse suficientemente suelto para poder crear lo que realmente quieres crear, y ser libre para intentar lo que sea. Tener alternativas”, declaró en una oportunidad el actor, quien parece incluir esa libertad como una de las claves de su profesionalismo.
De Niro se hizo popular en la pantalla grande interpretando personajes duros y gangster, pero a lo largo de su carrera ha dado vida a toda clase de caracteres en los más diversos géneros. Y si bien muchos de sus últimos films han pasado prácticamente inadvertido para la crítica, al actor, dos veces ganador de premio Óscar, no parece inquietarle: “Cuando te haces mayor, tienes una actitud diferente respecto a ciertas cuestiones. Hay algunas cosas sobre las que estuve preocupado antes que ya no me preocupan tanto. Te das cuenta de que no tienes que invertir toda esa energía para llegar adonde quieres llegar. Te relajas y retrocedes un poco, y probablemente consigues más de lo que estás buscando con menos esfuerzo”, declaró en una entrevista para The guardian.