A lo largo de nuestro camino de crecimiento, en nuestra vida profesional nos enfrentamos cada vez a nuevas e inesperadas situaciones, a problemas e imprevistos, en definitiva, a retos profesionales que nos hacen crecer y avanzar, pero que también pueden bloquearnos.
Para enfrentarnos a un reto, en primer lugar, es necesario ser muy conscientes de nuestras virtudes y nuestras debilidades. Si tenemos identificadas nuestras fortalezas nos será mucho más fácil echar mano de ellas. Asimismo, si sabemos con qué tipo de asuntos tenemos más dificultades, ya sabemos cuándo necesitaremos pedir ayuda y colaboración.
En segundo lugar, es necesario acotar en qué consiste el reto y con qué herramientas contamos para poder superarlo. Un enfoque realista de la situación nos ayudará a saber las expectativas que podemos generar y cumplir.
A continuación, es necesario recordar que debes atreverte a abandonar la zona de confort; un reto exige, por definición, auto superación y aprendizaje, por lo que no esperes poder superarlo siguiendo estrategias preestablecidas y conocidas: lo más seguro es que tengas que arriesgar y acertar.
Por último, la superación de un reto requiere actitud y estrategia, así como trabajo. El tesón, el esfuerzo y la constancia, así como el trabajo duro, son otros de los ingredientes principales necesarios para lograr superar un reto.
