¿Qué son las competencias comunicativas?
Ya habrás leído en más de una oferta laboral la necesidad de excelentes o muy buenas competencias comunicativas y no es extraño, ya que de ellas depende en gran parte la posibilidad de crear un clima laboral de entendimiento y cooperación, así como el éxito del trabajo en equipo y la prevención de conflictos.
Y aunque naturalmente asumimos que ello refiere a algo tan básico como saber escribir o hablar correctamente, en realidad, las competencias comunicativas tienen mucho más que ver con nuestra capacidad de adaptarnos a los distintos entornos y situaciones.
En realidad, el primero en introducir el concepto de competencias comunicativas a comienzo de los ’70, fue el sociolingüista, Dell Hathaway Hymes, quien se refirió a ellas como un término más general para la “capacidad comunicativa” que abarca no sólo el conocimiento de la lengua sino también la habilidad para utilizarla.
Desde aquella época hasta el día de hoy, la comunicación ha ido aumentando su rol protagonista en nuestras sociedades hasta ubicarse en el centro de todas las relaciones sociales. Ello no significa que antes no existiera, sino que en la actualidad se privilegia su papel debido, entre otras cuestiones, a los innumerables avances tecnológicos. El dominio de la comunicación en sus distintos niveles es, por ello, la mayor herramienta con la que un individuo puede contar hoy.
Pero el uso apropiado de estas capacidades no tienen sólo que ver con las formas de hablar o escribir “lingüísticamente correctas”, sino principalmente con las “socialmente adecuadas”. Y en el ámbito laboral y profesional, ello se refiere fundamentalmente a la capacidad de adaptar nuestras estrategias y habilidades a cada situación en particular.
El lenguaje corporal, la empatía y la adecuación de nuestro discurso a la/s persona/s a quien nos dirigimos son básicamente las habilidades que ponemos en juego cada vez que nos comunicamos. Lo fundamental, a la hora de transmitir un mensaje, es saber que es tan importante lo que se dice como el modo en el que lo hacemos, ya que la comunicación es un acto social y no depende sólo de la persona que emite el mensaje, sino también del modo en que otra lo interpreta.
Las competencias comunicativas son tan importantes para las empresas porque en su uso se juega la imagen corporativa de la compañía. Y si bien estas habilidades pueden mejorarse con cursos y capacitación, la realidad es que la práctica y la observación son los modos más eficaces para perfeccionar nuestras competencias en este sentido.