Los motivos por los cuales puedes quedar fuera de un proceso de selección son muy diversos; sin embargo, hay algunos fallos comunes que muchos entrevistadores coinciden en señalar.
Aquí te contamos tres errores habituales que debes evitar en tu próxima entrevista para no ser descartado del proceso de selección:
No conocer cuáles son las competencias importantes
Es muy común que durante las entrevistas los candidatos hablen sobre competencias y conocimientos en los que se destacan, pero fallen al no darse cuenta que estos son irrelevantes para el puesto de trabajo deseado. Todas tus habilidades y fortalezas son interesantes, pero sólo serán importantes para el entrevistador si se vinculan con la oferta de empleo. No olvides establecer relaciones directas entre tu experiencia y competencias y las requeridas para el puesto. En caso contrario, toda la descripción de tus méritos caerá en un saco roto.
Pasión ¿Qué pasión?
Quizás has sido muy correcto en detallar tus logros y en mostrar que eres un candidato idóneo para el puesto. Sin embargo, hay algo que es tanto o más importante que tus conocimientos: tu pasión. Lo que los reclutadores están buscando no es alguien que pueda realizar el trabajo mecánicamente, sino alguien para quién ese trabajo signifique un motivo de satisfacción y orgullo. Los entrevistadores buscan esa chispa en tus ojos, esa energía al relatar tus anécdotas. La pasión se muestra en pequeños gestos, en inflexiones de voz. Si ese trabajo es lo que realmente quieres y te gusta, enseña tu entusiasmo y contágialo!
No interactúas en la entrevista
Ya te lo hemos comentado en varias oportunidades, las entrevistas de éxito no se tratan sólo de responder pregunta, sino de participar activamente. El entrevistador espera que respondas pero que también te intereses por el puesto y demuestres que eres una persona curiosa y atenta, que puede proyectarse generando también preguntas sobre la empresa o el empleo. Los reclutadores buscan personas interesadas por conocer un poco más, ir más allá de las simples tareas y rutinas de su puesto y preocuparse por la estructura más amplia que es la compañía. Candidatos que se impliquen. Tu interés y curiosidad se demuestra fundamentalmente en tus preguntas. Una clave es no esperar al final de la entrevista para pensar qué preguntas hacer, sino preparar con antelación tres o cuatro cuestiones sobre las que podrías consultar. Al momento de la entrevista tendrás tiempo de decidir cuáles de ellas son más adecuadas.
