El lenguaje no verbal: impresiona al entrevistador
Las primeras impresiones son una cuestión decisiva cuando nos enfrentamos al reto de encontrar trabajo: el momento en el que conocemos e interactuamos con el entrevistador por primera vez será seguramente nuestra única oportunidad de generar una buena impresión y poder optar al puesto de trabajo. Por ello, es extremadamente importante prestar una especial atención a nuestro aspecto físico y nuestro lenguaje no verbal durante una entrevista laboral.
Es muy posible que lleguemos a la entrevista nerviosos o, incluso, un poco inseguros. Sin embargo, debemos tratar de proyectar seguridad y una actitud positiva y proactiva. Para ello, puede ser de ayuda tener en cuenta detalles del lenguaje no verbal como ser firmes al dar la mano, sin dar muestras de duda o flaqueza. Pese a los nervios, no es adecuado acudir a la entrevista con comida, chicles o tabaco, que pueden dar una imagen poco profesional.
Una vez ya sentados y durante la entrevista, es útil encontrar una postura en la que nos sintamos cómodos, tratando de mantener la espalda recta y mirando al entrevistador a los ojos, sin rehuir su mirada. Para tratar de conectar con él y de ganarnos su simpatía, siempre es preferible sonreír de forma natural.
Otro elemento clave es el tono de voz y la gesticulación que empleamos. Es apropiado dar énfasis a nuestras palabras empleando las manos para reforzar nuestro discurso, pero sin abusar. También es correcto emplear el mismo tono de voz a lo largo de toda la conversación, sin exabruptos ni caídas en el tono.
Al final de la entrevista, es importante dar las gracias, mantener el contacto visual de nuevo mientras estrechamos la mano del entrevistador y, si lo conocemos, despedirnos empleando su nombre y con una buena sonrisa.