¡Pon un freno a las obligaciones y consigue equilibrio para tu vida!
Conseguir un equilibrio entre la vida profesional y la vida personal parece misión imposible en la actualidad: jornadas de trabajo extremadamente largas, móviles de la oficina que debemos llevar 24 horas con nosotros, tareas que acabamos finalizando siempre en casa o preocupaciones que arrastramos al hogar son algunos de los tantos motivos que nos obligan a dedicar gran cantidad de horas extras a nuestro trabajo. Sin embargo, parte del esfuerzo por poner fin a este círculo vicioso depende de nuestra decisión de poner límite a nuestras propias exigencias profesionales.
Por eso hoy queremos compartir contigo cuatro útiles consejos para empezar a cortar con las obligaciones extras y reorganizar tu semana de una manera más equilibrada para lograr poco a poco un equilibrio entre la vida laboral y la personal:
Clave número uno: No te exijas más de la cuenta. Querer hacerse cargo de absolutamente todo o ser demasiado puntilloso a la hora de finalizar una tarea te conduce hacia una vida estresante que acabará perjudicando tu salud. El perfeccionismo es bueno siempre y cuando se equilibre. La obsesión por controlar y corregir todo cientos de veces te ahorrará varios errores pero agotará tu energía mucho antes de tiempo. Es preferible dejar pasar un detalle que dedicar horas a encontrarlo. Baja tu nivel de exigencia si reconoces que ello te está perjudicando.
Clave número dos: ¡Desconecta! Así como es importante no arrastrar los problemas del hogar al trabajo, para poder resolver las tareas diarias, también es indispensable para mantener una vida saludable y equilibrada no llevarnos las preocupaciones del trabajo a nuestra casa. Desconecta haciendo cualquier actividad que te permita descansar del trabajo y las obligaciones. La vida social y el esparcimiento son fundamentales para soltar las exigencias y disfrutar del día a día. Alimenta tus relaciones sociales y dedica un tiempo para el ocio y la dispersión necesaria.
Clave número tres: Cuida la salud física. Aunque ya lo hayas oído cientos de veces, es importante repetirlo: el ejercicio es una gran herramienta para mantener nuestro cuerpo saludable y también para combatir el estrés. La actividad física reduce el riesgo de padecer enfermedades, ayuda a controlar el sobrepeso y el nivel de grasa corporal y fortalece los huesos y los músculos de nuestro cuerpo. Estar y sentirse en buena forma física influye directamente en nuestra calidad de vida. Incorporar hábitos saludables de alimentación y una buena dosis de actividad física son piezas fundamentales para conseguir una rutina equilibrada. Si logras además interesarte por algún deporte para disfrutar de jugar y relacionarte con otros mientras realizas ejercicio físico, ¡has conseguido la combinación ideal!
Clave número cuatro: Cuida también el bienestar mental. Una breve rutina diaria de ejercicios de respiración y meditación pueden lograr un gran impacto en tu actitud y calidad de vida. Lograr reconocer y controlar nuestra respiración y nuestros pensamientos son herramientas de gran utilidad para los momentos de estrés y sobrecarga. Nuestro cerebro no descansa nunca, por eso es fundamental dedicar un tiempo para lograr su armonía y relajación. Ejercicios muy fáciles de realizar pueden encontrarse en internet. Para quienes deseen un desafío mayor, un par de horas semanales de yoga o meditación pueden ayudarnos en nuestro camino para lograr una vida más saludable y armoniosa.
No es fácil cambiar nuestra rutina diaria, sin embargo, muchas veces nuestro cuerpo y nuestra mente comienzan a manifestar signos de agotamiento a través de las enfermedades o la angustia y la ansiedad. No esperes a último momento para tomar las riendas de tu día a día y empieza hoy a incorporar estos hábitos que te permitirán tener una vida más equilibrada.