Pep Guardiola, un líder que inspira
Los Directores Técnicos deben brindar a los aficionados explicaciones después de cada partido. Los rendimientos más altos y los éxitos, como así también los desaciertos y los fracasos, suelen tenerlos como principales referentes.
Por ello, técnicos como Pep Guardiola han hecho de su nombre una marca personal que no sólo determina un modo de jugar, sino, que define una forma de liderar. Durante su paso por el Fútbol Club Barcelona, el actual entrenador del Bayer de Munich ha dejado resonando en el aire algunas frases que seguirán siendo inspiración para los jugadores y aficionados al club.
“Perdonaré que no acierten, pero no que no se esfuercen”, dijo en su presentación como Director Técnico del equipo, dejando en claro cuáles serían las premisas de su trabajo. Rápidamente instaló un tipo de estrategia y juego que fue reconocido internacionalmente y, en otra oportunidad, sentenció: “No hay nada más arriesgado que no arriesgarse”, señalando que estaría dispuesto a seguir su intuición y sostener un criterio propio aún cuando el precio del error fuera más alto de lo esperado.
El técnico demostraba de este modo que no le temblaría el pulso a la hora de tomar decisiones y una prueba recordada de esta actitud fue la declaración pública que realizó tras la separación del jugador camerunés Samuel Eto’o en 2009: “Estoy convencido de que lo mejor para el Barça es que Eto’o se marche. ¿Que me puedo equivocar? Pues sí. Pero estoy aquí para tomar esta serie de decisiones”, dijo.
El aprendizaje del liderazgo sigue recorridos muy personales y tal como Guardiola lo sugirió, el suyo creció en el mismo campo de juego: “La herramienta más educativa que yo he tenido han sido a través del deporte. Allí he aprendido a aceptar la derrota, que otro es mejor, a levantarme después de no haber hecho bien las cosas, esforzarme para hacerlo mejor…”, recordó.
El ex técnico del Barcelona es un líder que inspira y que despierta la admiración de propios y ajenos, pero probablemente la principal clave de su éxito profesional sea algo tan sencillo –y a la vez difícil de lograr- como el haber descubierto su verdadera pasión: “Mi único mérito es amar lo que hago”, señaló, quizás confirmando la sospecha.