Pablo Picasso, un artista del futuro
La curiosidad y la inquietud de Pablo Picasso lo convirtieron en un artista de vanguardia que nunca le temió al cambio, sino que, por el contrario, luchó constantemente por generarlo: “Siempre estoy haciendo cosas que no sé hacer, de manera que tengo que aprender como hacerlo”.
Él fue, sobre todo, un gran amante del misterio y el desafío: “Todo lo que no tiene un objetivo por alcanzar, un resultado por conquistar, una enigma por resolver, un misterio por penetrar, no me interesa”, señaló, advirtiendo que la pasión por su trabajo radicaba justamente en ese futuro indescifrable e incierto.
“Debes tener una idea de lo que vas a hacer, pero sólo una vaga idea”, dijo Picasso en otra oportunidad, ya que para él: “Las ideas son, simplemente, puntos de partida”. Así, al parecer, su clave fue siempre comenzar a trabajar sin saber exactamente lo que haría luego: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”, sostuvo.
La “zona de confort” pareció no existir para este pintor tan comprometido con su tiempo que nos dejó algunos de los documentos artísticos más valiosos de la historia de nuestro país.
Pero además de un invaluable patrimonio artístico, Pablo Picasso nos dejó también el secreto de la juventud eterna: “Hace falta mucho, mucho tiempo para ser joven”, reconoció. Y es que la juventud de su espíritu, sostenida por su insaciable curiosidad, se conservó intacta hasta sus últimos días: “Mis cuadros antiguos ya no me interesan… Siento mucha más curiosidad por los que aún no he hecho”, confesó a los 80 años.