No tener trabajo no significa no trabajar
No dejarse llevar por el desánimo, tener presente la importancia de la flexibilidad y movilidad laboral y ser proactivos a pesar de no tener trabajo una vez terminados los estudios. Es lo que recomienda a los estudiantes universitarios y recién graduados el director del área de Empleabilidad y Responsabilidad Social e Igualdad y profesor de Organización de Empresas de la Universidad de Oviedo, Guillermo Pérez-Bustamente Ilander.
Pérez-Bustamante lo tiene claro: la formación universitaria es fundamental para tener una buena empleabilidad, pero también lo es que los estudiantes cambien su forma de pensar y se preparen más concienzudamente. Recuerda que “todos los estudios de paro recogen que un mayor nivel de formación alcanzado y acreditado, aunque no garantice un puesto de trabajo a corto plazo, sí implica una mayor probabilidad de encontrarlo”. También añade que “el mundo empresarial no cuestiona las competencias y conocimientos vinculados a los estudios cursados en la universidad española”.
Además, recomienda a todos los estudiantes que “si no encuentran un trabajo adecuado a sus expectativas una vez finalizados sus estudios, han de ser conscientes que no tener trabajo no significa no trabajar sino que han de ser proactivos para continuar desarrollando aquellas competencias transversales requeridas por las empresas o adquirir conocimientos específicos de su sector que les doten de mayor empleabilidad y les otorguen una posición ventajosa frente a las siguientes promociones”. En ese sentido, asegura que hoy es muy difícil de sostener el hecho de no tener experiencia, no haber realizado una movilidad internacional o no haber desarrollado las competencias interpersonales ya sea durante o después de sus estudios.
Además, también defiende que es muy importante tener en cuenta que la crisis económica ha comportado un cambio en la filosofía de las relaciones de empleo, a las que los estudiantes y recién graduados deben adaptarse. Para él, ahora lo más importante es hablar de términos de flexibilidad y movilidad laboral, y no tanto de empleos de por vida. “Por ello, es importante que sean conscientes de qué valor añadido aportan con su trabajo; deben saber definir las competencias, habilidades, conocimientos y predisposición que aportan”, concluye.