En el mundo hay alrededor de 6.000 lenguas, de las cuales existen grupos de hablantes mayores o menores en función de si se cuentan aquellos individuos que las hablan habiéndolas adquirido como lenguas primeras o como lenguas aprendidas en una edad superior a los seis años. Las lenguas con más hablantes son, por orden de mayor a menor: el chino mandarín, el inglés, el árabe, el indostaní y el español. Sin embargo, a la hora de escoger un nuevo idiomas sorprende que nos decantemos hacia los idiomas tradicionales y no las lenguas exóticas.
Dada la gran variedad de lenguas y de países donde se utilizan y son oficiales la mayoría de ellas, siempre resulta interesante dominar, al menos, una o dos de las lenguas más habladas. No obstante, si nos centramos en el campo laboral, no siempre una lengua con mayor número de hablantes será la mejor opción. Si, por ejemplo, deseamos encontrar un empleo en África, más allá del inglés o el francés, debemos plantearnos aprender swahili. Así, en función de nuestro objetivo laboral, nos interesará más o menos aprender una lengua que, en muchos casos, resultará “exótica”.
Quizás nuestro objetivo no es trabajar fuera, sino aspirar a puestos de trabajo muy específicos. A raíz de las numerosas culturas que conviven en nuestro país, aprender una lengua como el hindi, el farsi o el paquistaní puede ser de gran utilidad para conseguir puestos en sectores como educación, traducción, administración, derecho o relaciones internacionales. Establecer puentes entre culturas es una tarea clave, y seguramente todavía pendiente, en el camino de la globalización. En este sentido, escoger lenguas exóticas es la mejor opción.
España forma parte de la Unión Europea (UE), un vínculo económico, judicial y político entre países que se afianza día a día. Dentro de la UE y alrededor de sus fronteras existe un gran número de países en los que es necesario tener presencia. Las lenguas eslavas o el turco son una apuesta de futuro si entre tus deseos laborales está el trabajar en áreas diplomáticas o comerciales.
Finalmente, existen otras dos razones de peso por las que aprender lenguas exóticas: primero, una lengua poco conocida y/o minoritaria es la mejor manera de abrir una mente y apreciar otra cultura y esto siempre tiene consecuencias positivas en cualquier empleo, especialmente en todos aquellos donde se da un trato con público o clientes. Segundo, el aprendizaje de una lengua poco popular denota curiosidad, disciplina y exigencia, cualidades altamente apreciadas en el entorno laboral.
