Recibir una oferta de trabajo es uno de los momentos de mayor entusiasmo para quienes buscan empleo; pero también una oportunidad que demanda toda nuestra responsabilidad y atención. Negociar los términos de la oferta y, entre ellos, el salario, es una de las partes más delicadas. Por lo general, existen muchos mitos en torno a la negociación salarial. Hoy analizamos algunos de ellos:
Primer mito: “Solicitar un salario bajo mejora las posibilidades de empleo”: los empresarios no buscan trabajadores baratos, sino eficientes. No subestimes tu propia valía. Es importante ser realistas en este punto. Si eres recién graduado, por ejemplo, naturalmente no podrás aspirar al mismo salario de alguien que tiene más experiencia. Investiga el mercado y averigua cuál es la retribución habitual para tu puesto.
Segundo mito: “Aceptar la primera oferta es siempre la alternativa más segura”: tal vez, en cierto sentido, aceptar la primera propuesta sea el camino más sencillo para tener el empleo, pero lo cierto es que si aceptas condiciones que no te convencen al principio sin siquiera intentar negociarlas, probablemente comiences a sentirte desmotivado en tu puesto muy rápidamente.
Tercer mito: “Todo es negociable en una oferta de empleo”: si bien casi todas las ofertas de empleo gozan de un margen de negociación, no es cierto que todos los empleadores estén dispuestos a darlo. Ten en cuenta que cuanto mayor es el nivel de cualificación que exige el empleo, mayores son las posibilidades de negociar sus términos. En cambio, cuanto más básico sea el nivel de profesionalidad requerido por el puesto, también serán menores estas oportunidades. Muchas veces tener un contacto dentro de la empresa te ayudará a conocer las posibilidades reales de negociación.
