“Las medallas se ganan cuando los objetivos están claros y se lucha por ellos”
La campeona olímpica mundial y europea de natación, Mireia Belmonte, nació en Badalona, el 10 de noviembre de 1990, y comenzó a nadar con tan solo cuatro años por prescripción médica, cuando le fue diagnosticada una escoliosis. Aunque al comienzo no destacaba, hizo falta poco tiempo para que los entrenadores descubrieran su talento.
En 2003, Mireia obtuvo una beca de la Federación Catalana de natación para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat del Vallés, donde se puso a las órdenes de Jordi Murio. Un comienzo del que Mireia rescata fundamentalmente el apoyo y acompañamiento de su familia: “La base que te construye es muy importante. Si mis padres no me hubieran traído a la piscina municipal día tras día desde que tenía seis años yo no estaría aquí”, destacó en una entrevista al diario ABC.
A la edad de 17, Mireia debutó en los Juegos Olímpicos de Pekín y, más tarde, en 2012, con 22 años ganó dos medallas de plata en los juegos de Londres, donde además logró rebajar el récord español en cuatro segundos en la categoría 800 metros libres. Pero la gran coronación llegaría en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde Mireia se convirtió en la primera campeona olímpica de la natación española al hacerse con la medalla de oro en los 200 metros mariposa.
“Las medallas se ganan cuando los objetivos están claros y se lucha por ellos”, fueron las palabras de esta campeona olímpica en una entrevista para la revista Vogue, poco después de conquistar su primera medalla de bronce en los juegos de Río, donde confesó: “Decidí nadar los últimos siete metros sin respirar y que fuera lo que fuera. Al final, le metí mano a la inglesa (Miley Hannah)”.
Las palabras de Mireia describen tanto su gran y constante anhelo de superación como su fortaleza interior, pero también destacan su humildad y la conciencia de la importancia del trabajo diario: “No pienso mucho en eso de que soy la mejor deportista española de todos los tiempos, simplemente me despierto cada mañana, me tiro a la piscina, como llevo haciendo desde los 12 años “, aseguró también en otra entrevista a la revista de moda.
Actualmente, Mireia pertenece al UCAM Club Natación Fuensanta, adscrito a la Universidad Católica de San Antonio de Murcia, donde estudia un grado de Publicidad y Relaciones Públicas, pero conservando intacta su pasión por el agua: “Me gustaría que me recordaran como una mujer que amaba lo que hacía, que disfrutaba y no tenía miedo a nada”, dijo al ser entrevistada por el periódico El País.
Para Mireia, tener desafíos que te obliguen a esforzarte y superarte constituye el principal condimento de la vida: “Tienes que ver las cosas difíciles para ponerte más presión. Es la gracia, si no sería muy aburrido”, reconoció en diálogo con el El Mundo.
Mentalidad y tenacidad de campeona, eso es lo que define a esta incansable nadadora, a quien le basta con alzar la mirada para recordar que siempre habrá camino por delante y un creciente deseo de avanzar en su interior: “Gracias a Dios, no soy una nadadora perfecta”, confesó en entrevista al periódico Abc.