Mantén el equilibro entre lo personal y lo profesional
Seguro que ya has oído hablar, en más de dos y tres ocasiones, de la conciliación laboral y personal. Es un reto de nuestra sociedad. El de conseguir el equilibrio entre el tiempo que dedicamos al trabajo y aquél que compartimos con nuestra familia, amigos y haciendo nuestros pasatiempos. Las empresas y las administraciones están trabajando para implementar las políticas que faciliten esos horarios y esa flexibilidad.
Pero tener un equilibrio sano entre nuestra vida personal y profesional también está en nuestras manos. En una era digital, en la que estamos hiperconectados, somos nosotros mismos los que debemos ser capaces de encontrar el correcto balance entre el tiempo que dedicamos a cada una de nuestras esferas, recordando siempre que haciéndolo, nuestra vida se verá beneficiada. Es cierto que para conseguir nuestros retos profesionales deberemos trabajar duro, pero no debemos convertirnos, nunca, en adictos al trabajo. Hoy, en Adeccorientaempleo te explicamos algunos secretos para evitarlo y fomentar la conciliación
Deja el trabajo en la oficina. Sí, muchas veces es más fácil decirlo que hacerlo, pero esfuérzate al máximo por conseguirlo. Cuando salgas por la puerta, deja el trabajo allí. Mañana habrá otra jornada laboral entera para ocuparte de tus obligaciones. Hasta ese momento, dichas obligaciones se deben quedar en la oficina. Intenta no llevarte tareas a casa, a no ser que sea totalmente necesario.
Respeta los días libres y festivos. Los días libres y festivos los debes dedicar a estar con tu familia y amigos. También se lo merecen y te lo agradecerán. Y estamos convencidos que tu también se lo agradecerás. No hagas trabajo ni te pongas una reunión con algún cliente. Intenta no estar mirando el móvil o la tablet durante todo el tiempo. No hace falta estar conectado en todo momento. Y evita concentrar tus quehaceres personales o domésticos en esos días, porque si no, al final, el tiempo para el ocio se va a reducir mucho. Es decir, no dejes la limpieza de casa, la compra o las gestiones para el día que tengas libre. Aprovecha los mediodías o levántate un poco más pronto para hacerlo durante la semana.
Haz otras actividades. Cuando estamos inmersos en un proyecto, podemos correr el peligro de que los días laborales se conviertan en una sucesión de sólo trabajo. Debemos cambiar esa tendencia. Haz también tus hobbies entre semana. Ve al gimnasio, a correr, a pasear, lee por placer, mira una película,… También puedes aprovechar ratos muertos para esos proyectos personales pendientes como organizar tus fotografías o colgar un cuadro en casa. Evita, como te decíamos antes, concentrar todas esas cosas en los festivos o días libres. Durante la semana también debes tener tiempo para hacerlas.
Ten vida social. No vayas de casa al trabajo y del trabajo a casa. Queda con un amigo para comer o encuéntrate con tu pareja en vuestro bar preferido después de trabajar. Tener vida social durante la semana te sentará bien y ayudará al equilibrio personal y profesional del que estamos hablando.
Tómate tu tiempo. Para un buen baño, para ir a la peluquería o al barbero, para hacerte la manicura, para darte un masaje o simplemente para estar solo. El trabajo no te debe impedir poder hacerlo.