Los wearables, gadgets que visten
Los wearables (que literalmente podríamos traducir como “vestibles”) son aquellas prendas de ropa, complementos o calzado que cuentan con tecnología incorporada que les permite interactuar con el entorno. Se trata de una de las últimas tendencias en el mundo de la tecnología, que parece estar ganando cada vez más y más terreno.
Nos referimos, por ejemplo, a los smartwatches o a las smartglasses, o lo que es lo mismo, a los relojes y a las gafas inteligentes. Estos dos ejemplos están bastante incorporados ya a nuestra sociedad y son conocidos, en general, gracias a marcas como Apple o Google, que los comercializan. Aun así, su coste todavía es elevado y no accesible a todos, algo que indica que la penetración completa de los wearables todavía está por llegar y tiene camino por recorrer.
Su función básica es que, al interactuar con el entorno, estos dispositivos recauden información y puedan ofrecerla al usuario que los lleve, tanto sobre el propio ambiente como de sí mismo. Por ejemplo, las pulseras inteligentes nos sirven para controlar nuestra salud y el nivel de ejercicio que puede resistir nuestro cuerpo, al ofrecer información como los pasos caminados, las calorías quemadas o el ritmo cardíaco. Por otro lado, la ropa inteligente ofrece beneficios como poder regular la temperatura o mejorar el estado de ánimo, reduciendo la ansiedad y el estrés de quienes la llevan.
Podemos considerar que los wearables forman parte del llamado Internet de las Cosas, que parece ser el futuro que nos espera tanto en casa como en el mundo laboral, en el que todos los aparatos, máquinas y electrodomésticos estarán conectados entre sí y a la red, para facilitarnos la vida y ahorrarnos tiempo y dinero. Así se vio, por ejemplo, en la última edición del Mobile World Congress de Barcelona, donde tanto los wearables como el Internet de las Cosas tuvieron un rol significativo.
La demanda por estos wearables no para de crecer, especialmente en los últimos años, aunque el origen de la palabra se encuentre en los años 70. Teniendo en cuenta el nivel de funcionalidades que ofrecen tanto para la vida personal como laboral, seguro que pronto los encontraremos como un producto habitual más del mercado. Es más, un estudio de IDC prevé que en 2019 se superen los 120 millones de dispositivos wearables disponibles a nivel mundial.