“Lo mejor de vivir aquí en Nuevo México, sin duda, la oportunidad de visitar sitios increíbles”

Un programa de profesores visitantes y su afán por conocer mundo fueron lo que llevaron a Marta Núñez a hacer las maletas el pasado mes de julio y a poner rumbo a Nuevo México (Estados Unidos). Tras más de seis meses lejos de los suyos, esta madrileña nos cuenta cómo está viviendo esta experiencia, que le ha permitido conocer el sistema educativo americano desde dentro y, además, descubrir lugares maravillosos que nunca pensaba que pisaría.

¿Cuándo y por qué decidiste dejar tu Madrid natal por Nuevo México?

Lo decidí el año pasado, al saber que dos amigas de la facultad –también maestras– habían sido aceptadas en el programa de profesores visitantes y estaban trabajando en la capital de Nuevo México, Santa Fe. La verdad es que siempre había querido vivir fuera y esta opción me brindaba, además, la oportunidad de trabajar de lo mío. Así que presenté los papeles, pasé las pruebas y… ¡aquí estoy!

¿Te adaptaste con facilidad a tu nuevo país? ¿Qué es lo que más te costó al principio?

Siendo sincera… me costó adaptarme, sobre todo al ritmo de la escuela, que es vertiginoso. La ciudad de Santa Fe, a pesar de ser mucho más pequeña que en la que yo había residido hasta ahora, tiene mucho encanto y enseguida me cautivó, así que en eso no he tenido demasiados problemas.

¿Cómo es un día de trabajo allí? ¿Es muy distinto a tu día a día en Madrid?

Aquí la jornada laboral es más larga e intensa que en España. El funcionamiento del centro, a pesar de ser público, se asemeja más al de uno privado: por ejemplo, el director tiene potestad para contratar a su equipo docente, quienes son observados y evaluados formal e informalmente a lo largo del curso escolar. Por otro lado, hay infinidad de protocolos y procedimientos que en nuestro país no existen y sin embargo aquí cumplen a rajatabla, como las medidas de seguridad: cada cierto tiempo hay simulacros de incendio, de refugio inmediato y de encierro, cada uno con sus estrictos pasos a seguir. Por no hablar de que apenas se tienen veinte minutos para comer…

Eso sí, el acceso a los recursos tecnológicos en el aula y la formación al profesorado son excelentes.

¿Qué es lo mejor de vivir en esta ciudad? ¿Y lo peor?

Para mí, lo mejor de vivir aquí es, sin duda, la oportunidad de visitar sitios increíbles que, de otra manera, seguramente, no habría conocido. Mis compañeras y yo, siempre que podemos, hacemos un viaje porque hay muchos sitios interesantes que todavía no conocemos.

Lo peor es estar tan sumamente lejos de los tuyos.

¿Qué recomendarías a alguien que quisiera probar suerte en Estados Unidos?

En primer lugar, le recomendaría que ahorrara, aquí nada es precisamente gratis. También que venga con la mente abierta, pues este es un país diverso donde los haya. Y que tenga paciencia, ya que la adaptación puede llevar meses entre papeleos, búsqueda de casa, coche, seguro, número de la seguridad social y un largo etcétera.