Cuando una persona decide emprender su propio negocio, lo más probable es que empiece siendo su propio jefe. Pero, ¿qué pasa cuando el proyecto crece y hay que contratar a más gente? Liderar un equipo que te respete y que se identifique con tus objetivos empresariales es fundamental para garantizar la sostenibilidad de una empresa a largo plazo, pero también es una tarea muy complicada, ya que todavía hoy hay mucha gente que considera a su jefe su enemigo.
Para despojarte de ese estereotipo y convertirte en ese gran jefe que quieres ser, en Adeccorientaempleo hemos recopilado estos cinco pequeños gestos, que te acercarán a tus empleados y te ayudarán a liderar un equipo correctamente.
1. Sé sincero con tu equipo
No se trata de decir lo que piensas sin tener en cuenta la sensibilidad de los demás, sino de plantear las cosas (por muy controvertidas que sean) con sinceridad. Por supuesto, eso implica escuchar las explicaciones de tu equipo y, dada la circunstancia, asumir las críticas con deportividad. Si la sinceridad es recíproca, muchos problemas se solucionarán rápidamente y el ambiente de trabajo será relajado y amable, gracias a la confianza forjada entre tú y tus empleados.
No siempre hay que desvincular los temas profesionales de los personales. Preocúpate por tu equipo Share on X2. Preocúpate de tus empleados
No siempre hay que desvincular los temas profesionales de los personales. De hecho, los expertos en Recursos Humanos aseguran que, en un futuro, la línea entre ambas cuestiones será más difusa que nunca. Por eso, debes preocuparte por tus empleados, saber cómo están e ir un pasito más allá de las cuestiones estrictamente relacionadas con el trabajo. Así, te convertirás en un jefe más cercano y, además, podrás entender por qué el nivel de tus trabajadores puede alterarse en un momento determinado.
3. Apuesta por tu equipo
Si una idea es buena, valórala, defiéndela a capa y espada y agradécela. Tus empleados sabrán que pueden contar contigo y que eres de ese tipo de superiores que dan la cara por ellos. Ya sea ante un jefe que tengas por encima, como ante un cliente, no tengas miedo en defender a tu equipo si crees que ellos tienen la razón.
4. Elimina tensiones
En las empresas, a veces surgen tensiones entre departamentos o empleados que pueden solucionarse a través de un mediador. Lo mejor es que intentes tomar distancia para poder valorar objetivamente cuál es el foco del enfrentamiento y dotar a tus empleados de las herramientas necesarias para acabar con él.
5. Mira hacia delante
Pase lo que pase, siempre tienes que tener tu vista puesta en el futuro al liderar un equipo. No importa lo que pasó ayer, si uno de tus empleados no estuvo a la altura o te puso las cosas más difíciles de lo que esperabas. Tu equipo te necesita para progresar y perder el tiempo en conflictos personales no ayuda a tirar para adelante.
