En el mundo laboral y personal, muchas veces nos encontramos ante propuestas que no queremos aceptar (por el motivo que sea) pero, sin embargo, lo hacemos por el medio a rechazar esa oportunidad o a dañar los sentimientos de la otra persona. En definitiva, es por medio a decir no. Pero decir siempre que sí no es una virtud, ni te hace más amable o considerado. Muchas veces, saber declinar de forma correcta pero clara una propuesta puede evitarnos quebraderos de cabeza. Pongamos un ejemplo. Si aceptas un nuevo proyecto empresarial que no te apetece y lo haces casi por obligación, estarás menos motivado y hay más probabilidades de que fracase.
Pero, ¿cómo podemos aprender a decir no?
- No te sientas mal. Rechazar un proyecto o una propuesta, no significa que tengas menos consideración hacia la persona que te lo ha ofrecido, ni decir que si hace que seas mejor personal o profesional. Así que, una de las primeras cosas que debes hacer es aprender a no sentir ningún tipo de culpa cuando vayas a negarte a hacer alguna cosa porque realmente crees que debes hacerlo.
- Sé educado. Evidentemente, cuando vayas a decir que no, debes hacerlo de manera educada. Puedes utilizar expresiones como, “lo lamento, pero en este momento no dispongo de tanto tiempo, si hay otra forma de colaborar, no dudéis en hacérmelo saber” o “gracias por pensar en mi pero prefiero declinar su propuesta que hacer un trabajo que no esté a la altura”.
- No busques excusas ni te justifiques demasiado. Intenta ser sincero y no inventes ningún tipo de excusa de porque no quieres hacer una determinada cosa. Y tampoco detalles las circunstancias por las que declinas. Aportando una o dos razones breves es suficiente.
- Manténte firme. El no debe ser claro y si realmente ya has meditado tu respuesta, no dejes que la reacción de la otra persona te haga cambiar de parecer. No sentirte mal te ayudará a mantenerte firme. Ya sabes, tienes todo el derecho a decir que no.
