Cuando seas mayor te gustará mirar para atrás y ver todo lo que hiciste
Hacía tiempo que Iñaki y un grupo de amigos planeaban realizar un viaje a Paris. Sin embargo, algunos debieron cancelar sus vuelos por motivos laborales. Pero lo que podría haberse quedado en una simple anécdota, se convirtió en la chispa que luego dio luz a “Change your flight”. Este emprendimiento, que finalmente llevaron a cabo Iñaki Uriz y su amigo José Luis Vilar, hace posible que muchos puedan recuperar el dinero invertido en pasajes de vuelos low cost.
Al referirse a las circunstancias que lo llevaron a emprender, Iñaki señala: “yo creo que es una conjunción de dos cosas: aburrimiento laboral y tener una buena idea”. Pero subraya también que esa buena idea inicial es simplemente un punto de partida: “lo que acabas haciendo es algo que se parece a aquello que imaginaste el día uno, pero que no es en absoluto la idea que tenías en mente. Entonces da igual que la idea no sea fantástica o tenga algún fallo, si te inspira lo suficiente como para animarte ya sabrás darle la vuelta, modificarla, evolucionarla”.
El camino de un emprendedor no es completamente llano, en ese sentido, Iñaki recuerda que: “hay una primera barrera mental que es la de cómo hacerlo: ‘¿digo en el trabajo que me voy? ¿Cojo mis ahorros y los arriesgo aquí?’… Pero es una barrera que es más mental que real. Lo más difícil, posiblemente, es la perseverancia; mantener la ilusión, la energía y las ganas en los días buenos, los malos y los regulares… Todos los días”.
Pero, si finalmente se sortean estas dificultades y el emprendimiento prospera, las recompensas no tardan en llegar:“Lo más gratificante es que te levantas de la cama cada día para hacer algo que es lo que tú quieres hacer y que lo puedes hacer, en cierta medida, a tu manera”.
Iñaki sabe que emprender no es un tema sencillo ni que pueda realizarse por simple impulso, por eso se preocupa en recomendar a quienes deseen dar el salto que “primero lo piensen y mucho, porque no hay que hacer las cosas a lo loco. Hay que meditarlo y madurarlo, y eso lleva tiempo. Pero una vez meditado, madurado y decidido que tiene sentido, yo les animo a que lo hagan; porque cuando seas mayor te gustará mirar para atrás y ver todo lo que hiciste y no, todo lo que no hiciste. Entonces, cuando creas que realmente minimizas los riesgos, entiendes lo que vas a hacer y tiene sentido, hazlo, no hay duda alguna”.
