“Gracias a mi trabajo he estado en sitios que antes no sabía ni ubicar en el mapa”
María es española aunque, a veces, parece dudarlo, porque su trabajo la lleva a pasar mucho tiempo recorriendo nuevos lugares y residiendo en diferentes ciudades del mundo. Los desafíos de su vida migrante le han enseñado a adaptarse a las nuevas realidades continuamente, abriendo su mente a culturas y costumbres muy diferentes y generando nuevos y enriquecedores vínculos en cada sitio.
¿De qué modo se relaciona tu profesión con los viajes?
Llevo tres años trabajando como informática en un puesto que implica desplazarme al extranjero todos los meses varias semanas. Lo consideré una buena oportunidad para ganarme la vida de lunes a viernes con lo que previamente había estudiado y aprovechar los fines de semana para una de mis pasiones: hacer turismo y viajar. Aunque debo destacar que viajar por trabajo no es lo mismo que estar de vacaciones.
¿Te resulta difícil acostumbrarte a este continuo movimiento?
Tras tres años dando vueltas, por poner un ejemplo, estoy acostumbrada a despertarme un día en Hong Kong y al día siguiente dormir en Taiwán. Me he acostumbrado a tratar con gente de diferentes culturas, a adaptarme rápido a nuevas ciudades, nuevos entornos de trabajo, clima, comida, etc. Sin duda, la parte que menos me gusta de este trabajo son las escalas y vuelos interminables. Aunque estoy acostumbrada, nunca será de mi agrado pasar 11 horas en un avión.
También residiste un tiempo en México ¿Qué fue lo mejor y lo más difícil de esa experiencia?
Efectivamente, residí un año en México DF. A nivel laboral, la experiencia fue muy positiva y de hecho me sirvió como trampolín para encontrar mi actual empleo. Los años pasan pero le sigo teniendo cariño a la gente con la que trabajé allí. A nivel personal, me enamoré del país, cambié completamente mi visión de México y se despertaron en mí nuevos intereses por la historia, la música y, en general, por la cultura latinoamericana. Lo difícil de este tipo de experiencias es que vives muchas cosas nuevas, intensas y bonitas pero no puedes compartirlas con tu familia y amigos porque se encuentran a 9.000km de distancia. Es un lujo que no está a tu alcance. Aunque también es cierto, y especialmente en México, que conoces a mucha gente en tu misma situación y formas una nueva “familia”.
¿Cuáles han sido los sitios que más te han gustado?
La India es el único país que, en un solo mes, me ha hecho dudar de mi capacidad de adaptación. Curiosamente, se convirtió en uno de mis países preferidos porque tuvo el poder de hacerme sentir emociones opuestas en un intervalo de tiempo diminuto y porque la realidad supera a la ficción.
¿Cómo crees que influyen todas estas experiencias en tu carrera profesional?
Este trabajo me ha dado la visión de plantearme nuevos mercados laborales donde se demandan perfiles informáticos y, a la vez, conocer países a los que estaría dispuesta a mudarme en caso de que en España no se presenten buenas oportunidades para continuar mi carrera. En mi opinión, en España hay trabajo de informática pero la remuneración no se corresponde con la formación y la experiencia del candidato.
¿Cuáles son los pros y los contras de tener un estilo de vida ‘migrante’?
Este estilo de vida es un punto intermedio entre expatriado y turista. Estás de paso por esa ciudad o país pero te da tiempo a absorber parte de todo lo que te rodea. Gracias a mi trabajo he pisado sitios que a priori no sabía ubicar en el mapa y a los que nunca hubiera ido como turista, como por ejemplo Mascate (Omán) o Kuwait. Este caso me sirve para ilustrar que es un estilo de vida que te permite romper con las imágenes preconcebidas y abrir tu mente a otros enfoques respecto a temas culturales controvertidos. Si bien parece maravilloso el vivir viajando, no lo es tanto. Hay que tener en cuenta que llega un punto en que te preguntas a ti mismo “¿De dónde soy? ¿Hacia dónde me dirijo?”. Es un estilo de vida que genera inestabilidad en cuanto a relaciones de pareja o al tiempo que puedes invertir con familia y amigos.
Entonces, ¿lo recomiendas?
Sí, aunque durante un tiempo limitado. Estoy aprovechando cada punto positivo de la vida “migrante”, viviendo cada minuto como si fuera el último, pero tengo claro que tarde o temprano volveré a la vida estable.