En la actualidad, en el entorno laboral suelen convivir una generación con otra, al menos 3 o 4 diferentes, con sus modos de entender y desempeñar el trabajo, con su mayor o menor arraigo a la compañía y con costumbres y peculiaridades a veces demasiado diferentes entre sí.
Sin embargo, el compartir tanto tiempo y experiencias juntos en el mismo entorno hace necesario generar puntos de encuentro para que todas las diferencias convivan armónicamente y no se traduzcan en conflictos que dañen el ambiente de trabajo.
Pero ¿cuáles son, entonces, las claves para trabajar con personas tan diferentes? En primer lugar, hay que reconocer las características de las generaciones involucradas, en líneas generales, podemos hablar de al menos cuatro:
Generación más tradicional (más de 65 años): Suelen ser más arraigados, acostumbrados a la verticalidad, a dar ordenes y responder a directivas. No están muy familiarizados con la tecnología ni tan habituados a la comunicación.
Generación post-guerra (entre 50 y 65 años): Nacidos en entornos difíciles pero de creciente expansión económica, están más acostumbrados a esforzarse y son muy competitivos.
Generación X (más de 30 años): Son independientes, crecieron en tiempos de continuos cambios y “desconfían” de las organizaciones y las autoridades. Tienen mayor necesidad de control y buscan estabilidad.
Generación Y (menos de 30 años): Tecnológicos y horizontales. Aman los desafíos y buscan disfrutar del momento. Viven con naturalidad la movilidad y los procesos migratorios.
Ahora bien, saber que el otro es diferente y tiene objetivos e intereses distintos a los nuestros es un primer paso para lograr un ámbito de encuentro. Pero la armonía no suele surgir espontáneamente y siempre será necesario que los líderes o superiores busquen reconciliar estas diferencias como parte de un proyecto en el que cada pieza cumple una función distinta.
Cada uno aporta una visión importante y necesaria para el desarrollo de las tareas diarias. Y como en todo equipo, sin el apoyo de alguno de sus integrantes siempre es más difícil alcanzar cualquier objetivo. Por ello, los líderes exitosos saben que deben dar lugar a todos los trabajadores, solicitando y valorando sus opiniones.
Es posible aprender mucho de las generaciones mayores, de su experiencia y de su trayectoria; y, del mismo modo, las generaciones más jóvenes aportarán siempre aires más renovados, nuevas ideas y perspectivas y habilidades indispensables vinculadas al mundo de la comunicación y la tecnología.
Cada pieza del rompecabezas es fundamental para que la empresa funcione y para que los empleados puedan convivir sin conflicto, disfrutando del ámbito laboral y aprovechando los conocimientos y las habilidades que cada uno es capaz de aportar en las distintas etapas de la vida.
Ampliar nuestra perspectiva para ser capaces de reconocer estas diferencias, dando a cada uno un lugar de participación dentro del proyecto general es el verdadero secreto para que todos puedan brindar su mejor aporte y trabajar en armonía y coordinación con los demás.
