Con la llegada de la crisis, reinventarse, formarse y mantener una actitud activa y proactiva es cada vez más necesario, tanto para conservar nuestro empleo como para encontrarlo si lo estamos buscando. En este contexto, la formación no convencional se abre poco a poco terreno, como estrategia para diferenciarnos de nuestros competidores para un empleo o para seguir ofreciendo un valor añadido a nuestra compañía. Más allá de cursos de especialización o de idiomas, hay nuevas habilidades complementarias que van creciendo en importancia.
Realizar formaciones que abran el camino hacia la creatividad, el desarrollo del talento (el propio y el de nuestro equipo), la innovación y el positivismo puede asimismo marcar el camino de nuestra compañía hacia el crecimiento y el desarrollo positivo. Y es que en un contexto de recortes de presupuestos y personal, encontrar el modo de sacar el máximo partido a los recursos existentes puede realmente marcar la diferencia.
Por ello, poco a poco aparecen nuevos centros formativos tanto para empresas como para profesionales independientes que procuran ofrecer nuevas herramientas y planteamientos que, con el tiempo, permitan a las compañías generar nuevos enfoques y nuevas dinámicas que les permitan ofrecer respuestas distintas y renovadas ante las situaciones adversas. Asimismo, las empresas se muestran cada vez más interesadas en perfiles profesionales que cuenten con este tipo de habilidades.
Formarse en este sentido puede permitirnos desarrollar nuevas habilidades que complementen de un modo distinto nuestro currículum y que marcan una gran diferencia no sólo en el potencial de crecimiento laboral sino también en el crecimiento de la compañía.
