Se acerca un nuevo año y, con él, llegan los propósitos y las resoluciones para mejorar nuestro estilo de vida y, también, nuestro currículo académico o profesional. La formación continua en distintos campos, ya sea para ampliar nuestras habilidades profesionales o para mejorar en el inglés, puede ser muy útil para encontrar un trabajo o para poder ascender en nuestra compañía si ya tenemos empleo y por ello es uno de los propósitos estrella de año nuevo.
De hecho, seguir formándonos para crecer como profesionales es esencial en un mercado laboral tan complejo y competitivo como el actual, donde los mejor preparados son los que cuentan con mejores cartas para encontrar un empleo que se adecue a sus requisitos y aspiraciones.
Mostrar nuestra motivación por aprender y mejorar es algo que las compañías cada vez valoran más: tener voluntad por reciclarnos y seguir al día de las novedades en nuestro campo o en nuevas tecnologías es un activo con el que podemos abrirnos paso en el mercado.
Las opciones de formación continua son múltiples, según el grado de dedicación que queramos o podamos ofrecer: desde cursillos y seminarios específicos hasta másteres y posgrados de especialización, ya sea para complementar nuestra formación o para facilitar nuestro acceso a un puesto de trabajo muy concreto.
Además, los cursos de todo tipo son un escenario perfecto para ampliar nuestra red de contactos profesionales y enterarnos de este modo de la existencia de alguna compañía que nos resulte interesante o, incluso, de una posible oferta de trabajo. Por ello, aunque no únicamente, la formación es especialmente clave si nos encontramos en situación de desempleo. Otros motivos pueden ser mantenerse activo y con ganas, además de no tener “huecos” de inactividad en nuestro currículum.
En definitiva, mantenernos alerta de las nuevas tendencias en nuestro campo laboral y seguir reciclándonos es una herramienta que nos mantiene vivos en el mercado laboral y, además, nos puede permitir mejorar en nuestra situación laboral presente.
