Reenamórate de tu profesión
¿Ya no sientes pasión con lo que haces? ¿No te sientes eficaz? ¿Has perdido la ilusión y vives todo el día con una gran sensación de fatiga? ¿Te sientes frustrado con tu carrera profesional? ¿Crees que tu trabajo ya no te puede aportar nada bueno? ¿Ya no sientes felicidad en el trabajo ? ¿Ya no te acuerdas de aquellos días en los que ir a trabajar era un placer? Si has respondido que sí a una o más de una de estas preguntas, seguramente padezcas lo que se conoce como el síndrome del burnout (o, más comúnmente, “estar quemado”). Pero tranquilo, no todo está perdido. Si estuviste enamorado de tu trabajo, aún puedes reconciliarte con él. Aquí tienes tres sencillos pasos para conseguirlo.
Analiza qué falla. Lo primero que debes hacer es tomar conciencia qué aspectos hacen que te sientas tan quemado con tu trabajo. ¿Es el proyecto, que ya no te motiva? ¿Es la forma cómo se trabaja? ¿Es el ambiente que hay en la oficina? ¿Es la relación con tu jefe? Se trata de identificar por qué te sientes cansado o frustrado con tu trabajo para después poder tomar medidas y remediar esa situación. Invierte el tiempo necesario para identificar qué es lo que debería cambiar para poder volver a enamorarte de tu trabajo. Aprovecha esa fase de reflexión para identificar también qué te enamoró de tu trabajo o de tu profesión. Esos aspectos serán los que deberemos potenciar.
Prepara una estrategia. Hecho el diagnóstico, ahora se trata de definir una estrategia para cambiar todo aquello que falla y potenciar aquellos aspectos que nos enamoraron hace tiempo. Por supuesto, habrá cosas que no estará en tu mano modificar, y puede que si hay demasiadas, lo que deberás hacer será separarte completamente de tu actual trabajo y plantearte un cambio de empleo. Pero en la mayoría de ocasiones, está en nuestras manos volver a motivarnos con lo que hacemos y sentirnos felices en él. ¿Es el ambiente? Lo que puedes hacer es fomentar tu optimismo. ¿Es la relación con tu superior? Habla con él y busca soluciones.
Implementa los cambios. Finalmente, analizado qué falla y planificado cómo remediarlo, se trata de empezar a implementar los cambios. Muchos de ellos pueden pasar por un cambio de actitud tuya, otros por la necesidad de ser creativo y buscar nuevas formas de hacer las cosas, por ejemplo. Y no olvides potenciar todos aquellos aspectos que te enamoraron de tu trabajo o tu profesión.