Jordi Cruz, un chef con estrella y los pies en el suelo

Lograr el éxito profesional es una aspiración para muchos, y qué mejor que inspirarnos con el ejemplo de quienes lo han logrado. En este caso, hablamos de Jordi Cruz, uno de los cocineros más mediáticos de nuestro país gracias en su aparición en programas como Masterchef.

Cruz tenía siete años cuando decidió que quería ser cocinero. A los 14 se dedicaba a ello de manera profesional y con 17 le nombraron jefe de cocina. Pasó su adolescencia y parte de su juventud entre fogones, trabajando muy duro para convertirse en lo que es hoy, aunque este catalán nacido en Manresa reconoce que no podía imaginarse lo que iba a conseguir unos años después. En 2008, con 24 años, se convirtió en el chef español más joven en recibir una estrella Michelin, su primer gran éxito profesional. Después vendrían otras tres estrellas, la regencia del restaurante Àbac (actualmente con dos estrellas) y un papel en televisión como jurado del emblemático programa de cocina Masterchef que le ha catapultado a la fama.

Sin embargo, a pesar de los logros obtenidos, la humildad siempre le ha acompañado en su vida profesional y personal. “Yo no sabía lo que era una estrella Michelin, me lo contaron a posteriori. En su momento dije que muy bien, pero fue luego cuando vi la dimensión que tenía y todo lo que representaba. Es un premio al reconocimiento que no tienes que tomártelo más allá de lo que es. Es algo muy bueno que te premien por lo que estás haciendo y te digan que sigas haciéndolo muy bien, pero no te vuelvas loco. Ese es el mensaje y hay que tomárselo así”, ha confesado en varias entrevistas. A pesar de su éxito profesional, tampoco le ha dado nunca importancia a la fama, ni a su papel de ‘guapo’ en el programa: “Yo soy guapo por contraste, porque tengo al lado al señor éste, a Pepe Rodríguez (…) y eso me hace parecer más mono. Pero nunca he sido guapo. Me han llamado guapo a partir de que he salido en la televisión, y eso hace que yo no me lo crea”, ha bromeado en varias ocasiones, alimentando la rivalidad que promueve el guion de Masterchef entre los dos jurados.

Aunque lleva desde 2013 como referente de la pequeña pantalla, Jordi Cruz tiene muy claro que es “100% cocinero” y que ser presentador o jurado es “un hobby muy bonito, que además tiene el premio de poder divulgar la cocina ante mucha gente”. Pero nada más. Por eso, sigue trabajando con el mismo tesón y las mismas ganas en su casa, el restaurante Àbac, donde puede dar rienda suelta a su creatividad y su talento. “Lo normal es que esté aquí (en el restaurante). Cuando termino de grabar Masterchef -que tampoco estamos todo el año sino unos pocos meses- directamente me vengo aquí. Me tiro el día aquí. Mi vocación, lo que me motiva y me llena, y lo que me hace sentir orgulloso y realizado es cocinar y hacer platos, que es mi talento natural”, ha declarado en alguna ocasión.

Su pasión por la cocina, su perseverancia, la humildad y el trabajo duro son los ingredientes clave que hay detrás del éxito profesional de este joven de 38 años que todavía no ha tocado techo. De hecho, ya está grabando una nueva edición de Masterchef  y aspira a conseguir la tercera estrella Michelin con su restaurante Àbac el próximo año. “Nos encantaría tenerla cuanto antes mejor y estamos luchando por ello, pero a su vez con los pies en el suelo. Siendo conscientes de que no tenerla nos motiva a hacer muchas cosas”, ha confesado.

Foto: Marco Pastori