“Es un privilegio poder trabajar con personas que se sienten unidas por una misma pasión: ayudar”
Carlos Velázquez aterrizó en Londres hace más de seis años como un periodista recién licenciado que buscaba aprender inglés y nuevas oportunidades laborales. Pero un programa de voluntariado se cruzó en su camino y le cambió la vida, tanto personal como profesionalmente. Desde entonces, ha formado parte del equipo profesional de distintas ONG en Reino Unido y ha seguido atesorando experiencias únicas en América Central y Asia, donde ha viajado como voluntario. Hoy nos cuenta los secretos para trabajar en el sector de las asociaciones sin ánimo de lucro.
¿Cuándo empezaste a colaborar con una ONG y por qué te decidiste a hacerlo?
En 2010 hice las maletas y me mudé a Londres. Una de las primeras cosas que me llamó la atención al llegar al Reino Unido fue la cultura “charity”. Un colectivo extenso, sin ánimo de lucro, unidos por un solo objetivo: ayudar. A mí siempre me había interesado trabajar en un entorno en el que las personas y su desarrollo fueran el objetivo principal de la organización. Un lugar en el que, de algún modo, el bienestar del otro sea más importante que el beneficio de la compañía en sí. Así que en 2012, después de dos años viviendo y trabajando en Londres, empecé a buscar oportunidades en el sector y Progressio, con su programa de voluntariado International Citizen Service, se cruzó en mi camino. Gracias a mi experiencia como periodista me pude ir tres meses de voluntario a Nicaragua, donde fui responsable de comunicación de un proyecto para promover igualdad de género.
¿Y cuándo te contrataron y pasaste a formar parte de su plantilla?
La experiencia en Nicaragua me abrió muchas puertas en el sector. Al volver a Londres conseguí trabajo como Project-Coordinator en Envision, una ONG que apoya a grupos de jóvenes que quieren emprender proyectos sociales en sus comunidades. Mientras tanto, seguí en contacto con Progressio ayudándoles voluntariamente en sus campanas sociales. En junio del 2014, comencé a trabajar para ellos como miembro de la plantilla, en el equipo que se encarga de organizar el programa International Citizen Service (ICS), el mismo con el que hice voluntariado en Nicaragua.
¿Cómo es el día a día de un Project Support Officer?
Progressio es una ONG de tamaño medio, lo que significa todos los miembros del equipo tenemos bastante control y responsabilidad sobre las diversas partes del programa. Yo, debido a mi experiencia en comunicación, soy el responsable de marketing y redes sociales. Mis funciones principales son crear contenido para la página web, mantener las redes sociales activas y entablar conversaciones con organizaciones que trabajan con gente joven para que conozcan el programa y que otros jóvenes tomen parte. Vamos, que en una misma semana podría hacer una entrevista a través de Skype a nuestros voluntarios en Zimbabue para publicarla en la web, twittear sin parar sobre alguna campana social para sensibilizar a la gente sobre el cambio climático, diseñar el ultimo díptico para Progressio o hacer una presentación a un grupo de jóvenes en algún centro juvenil en Londres.
Además de mis obligaciones rutinarias, Progressio es una empresa muy flexible y me ha dado la oportunidad de trabajar en África. El año pasado viví seis meses en Malawi, liderando un proyecto para reducir el número de infecciones de VIH entre los jóvenes.
¿Qué dirías que es lo mejor de tu trabajo?
Es un trabajo muy dinámico en el que tengo la oportunidad de conocer a muchos jóvenes que están haciendo cosas maravillosas por sus comunidades. Lo mejor, sin duda, es ver el impacto que tiene el trabajo de los voluntarios, no solo en las comunidades en las que trabajan, sino también en ellos mismos. Por ejemplo, en los seis meses que pase en Malawi, miles de jóvenes tuvieron acceso a información crucial sobre salud sexual y reproductiva gracias al trabajo de los voluntarios. Muchos se hicieron las pruebas de VIH por primera vez en su vida y fueron puestos en contacto con centros médicos en los casos en que el resultado fue positivo. Otros aprendieron sobre los métodos anticonceptivos a su alcance y cómo prevenir o planificar los embarazos.
Pero el impacto, como he dicho, no es solo a nivel comunitario, sino también a nivel personal. Otro de mis momentos preferidos es cuando hablo con los voluntarios después de haber completado la experiencia. Son personas diferentes, más involucradas en temas sociales y con una perspectiva de la vida más humilde.
¿Y lo peor?
En el caso de las ONG de desarrollo internacional, a veces es difícil a simple vista entender la conexión entre el trabajo que se hace en la oficina de Londres y el impacto que tienen los proyectos en los países en vías de desarrollo. Si no te mantienes al tanto del impacto que tiene tu organización, es fácil perder la motivación.
Antes habías trabajado para empresas privadas, ¿qué diferencias hay entre desarrollarte profesionalmente en una ONG o hacerlo en una empresa?
En mi opinión, hay un mayor sentido de hermandad y fraternidad entre los colegas. Es un privilegio poder trabajar con personas que se sienten unidas por una misma pasión: ayudar, y que tienen un interés genuino por los temas sociales. Me gusta trabajar en un ambiente donde la gente no se conforma fácilmente con la situación actual del mundo; es algo que me inspira cada día y me ayuda a establecer mis prioridades como persona. A nivel laboral, creo que hay un mayor énfasis en el desarrollo personal y en el bienestar, tanto físico como mental.
¿Volverías a trabajar para el sector privado?
No lo descarto, siempre y cuando los valores de la empresa para la que trabajo no contradigan mis principios y valores personales.
Has hecho varios voluntariados, ¿qué es lo que has aprendido de esas experiencias?
Es lo mejor que he hecho en mi vida. El hecho de que el factor “dinero” no sea parte de la ecuación hace que el trabajo tome una nueva perspectiva. Te puedes relajar más, ser tú mismo y disfrutar del día a día. La gratitud que te muestra la gente es abrumadora. Mis voluntariados de largo plazo han sido en países en vías de desarrollo y estas experiencias me han marcado para siempre, me gustaría pensar que me han convertido en una persona más humilde. También me he dado cuenta de lo privilegiados que somos en los países del norte y me ha hecho apreciar mucho más todo lo que tengo.
¿Por qué recomendarías a la gente vivir esa experiencia?
Hoy en día, vivimos en una sociedad centrada principalmente en el individualismo. El hecho de convertirte en voluntario te pone en una situación completamente distinta, te convierte en el servidor. En el momento en el que te olvidas de tus privilegios y te sitúas al final de la cola, empiezan a suceder cosas maravillosas. Pero, ¿quién soy yo para arruinarte la sorpresa? Disfruta del viaje.
Por último, ¿qué le dirías a una persona que quiere trabajar en el sector de las ONG?
Si eres un poco idealista, no te conformas con el primer trabajo que ofrecen y tiendes a pensar “esto no es justo”, quizás el mundo de las ONG podría ser para ti. ¿Consejo? Intenta utilizar tus experiencias laborales del pasado y las habilidades que has aprendido en el sector privado para ponerlas en práctica en este nuevo terreno laboral. El sector de las ONG es muy variado y seguro que hay un nicho para ti.