“Es muy reconfortante acostarse sabiendo que has hecho un poquito de bien a alguien”
Ayudar a los demás es la filosofía de vida de Jeanne deMontluzin, una norteamericana de nacimiento y española de adopción que colabora con cinco asociaciones como voluntaria. Aunque no es profesional de la medicina, en los hospitales de Madrid todo el mundo conoce su nombre y su sonrisa, que se oye y se contagia con gran facilidad. Hoy nos habla de Almohadas del Corazón, un proyecto altruista con el que colabora desde hace años, que nació con el propósito de aliviar el sufrimiento de las mujeres operadas de cirugía mamaria.
¿Qué es una Almohada del Corazón y a quién va dirigida?
Es una almohada que tiene la forma de un corazón especial. La parte que forma la V es más profunda de lo normal, para facilitar así su colocación debajo de la axila y reducir los dolores del postoperatorio. Es una almohada que se regala gratuitamente a las mujeres operadas de cáncer de mama, va dirigida a ellas, sobre todo a las que han tenido problemas con los ganglios en las axilas. Está demostrado que la almohada no solamente reduce de forma sensible el dolor de la incisión al no presionar el edema, sino que la protege de contactos o golpes accidentales y disminuye la tensión de los músculos del hombro, evitando así gran parte del sufrimiento de este tipo de postoperatorio.
¿Cómo se puso en marcha este proyecto?
Yo, junto a otra compañera, coordino este proyecto en Madrid, pero quien lo introdujo en España fue Maria Jose Loly de Cooman, una estadounidense afincada en Mallorca a la que todo el mundo conoce como Micky. La almohada se había creado en Estados Unidos y había pasado por Dinamarca también; ella la descubrió en Internet y pidió las autorizaciones necesarias para introducirla en Mallorca primero y el resto de España después.
¿Cuánta gente colabora con vosotros?
Aquí en Madrid hay muchísima gente: costureras, personas que quedan periódicamente para rellenar las almohadas, pesarlas cerrarlas y envolverlas; artesanas que hacen cositas para venderlas solidariamente, etc. Ese dinero que se recauda con sus creaciones se emplea en comprar las telas, el miraguano del relleno, el papel de celofán para envolverlas, las tarjetas que van dentro…
¿Qué es lo más gratificante de dedicar tu tiempo a los demás?
Saber que estas ayudando a esa persona superar un capítulo duro en su vida. Saber que esa persona va a recibir una almohada del corazón llena de corazones, una metáfora que utilizamos mucho porque hay muchos corazones que participan en la creación de cada almohada. Y el hecho de trabajar en equipo para lograr que la sociedad sea más solidaria, más amable, más unida… todo es muy gratificante.
¿Crees que todo el mundo debería participar en una actividad de voluntariado en su vida?
¡Lo aconsejo con mayúsculas! Participar en una actividad voluntaria no sólo es prestar tu tiempo, es prestar tu cariño, tu talento, tu apoyo a los demás. ¿Y qué es lo que recibes? Un sueldo que no tiene precio: recibes diez veces devuelto todo lo que has puesto. La satisfacción de haber hecho algo necesario para el conseguir el bienestar de alguien, el cariño de las personas con quien tratas, la posibilidad de pertenecer a grupos con un objetivo en común y poder cumplir con un bien para la sociedad.
Antes de estar al frente de este proyecto, ¿en qué trabajabas?
Siempre he trabajado con niños, en la educación, como profesora y psicopedagoga. Y, en la actualidad, sigo trabajando con niños con cáncer como voluntaria de varias asociaciones. Además, he puesto en marcha el proyecto KimoKaps, con el que regalamos gorros-bandanas para que nuestros pelones cubran su cabeza con amor y alegría.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Es muy difícil poner en palabras lo que una se siente al trabajar en cosas que una ha elegido, o que quizá no ha elegido pero que estaba destinada a hacerlas. Me siento llena, muy llena de muchas cosas: de satisfacción, de orgullo, de compasión, de madurez y, al mismo tiempo, de esa ilusión propia de la niñez. Es muy reconfortante acostarse sabiendo que has hecho un poquito de bien a alguien que no sabrá nunca quién lo ha hecho. ¡Porque no importa que lo sepan, lo importante es hacerlo!