“Entrenarnos en conversar es un ejercicio necesario para el desarrollo profesional”
Luis Castellanos, Diana Yoldi y José Luis Hidalgo acaban de publicar un libro sobre el poder de las palabras y el modo en que el uso de determinados vocablos positivos en el día a día puede suponer la diferencia entre el éxito o la derrota. Los autores respondieron a las preguntas de Adecco para explicar mejor como funciona “La ciencia del lenguaje positivo”.
¿Cuál es el poder de las palabras para cambiar nuestra realidad?
El que nosotros queramos asignarle. Las palabras nos afectan porque generan en nosotros sensaciones emocionales inmediatas y breves que cambian nuestra forma de percibir y pensar. Es un hecho que se observa en nuestro cerebro y que todos experimentamos en nuestro día a día, nos afecta que nos digan que hemos hecho un buen o un mal trabajo, que nos culpen de algo o que nos feliciten. Nuestra propuesta es que el verdadero poder de las palabras para cambiar nuestra realidad es que nosotros, conscientemente, queremos elegir unas palabras u otras. Podemos entrenarnos para elegir el tipo de lenguaje que queremos tener, con nosotros mismos, con nuestras familias, con los compañeros. En esa capacidad de elegir está el verdadero poder.
¿Hay palabras que son positivas y otras, negativas?
Claro que sí, existen diccionarios que organizan las palabras con rangos de positividad o negatividad, de más a menos intensidad. Incluso existen estudios que catalogan las palabras en alta o baja activación. ¿Cómo se clasifica una palabra como positiva o negativa? Por la opinión de un gran número de personas, por la experiencia, por su uso. El lenguaje es un acuerdo y por ello, mayoritariamente, todos percibimos como positiva la palabra “alegría” y como negativa la palabra “rencor”. Es decir, hay un núcleo genérico de palabras positivas y negativas con las que conversamos diariamente, que se escriben y se dicen continuamente. Lo importante es saber cuántas palabras positivas y negativas son las que yo utilizo habitualmente, que están en mi día a día. Incluso las palabras que oigo a mi alrededor, ¿qué me dicen los demás? ¿más palabras positivas o negativas?
¿Cuáles serían las mejores y las peores palabras para enfrentar situaciones difíciles o estresantes?
Ante situaciones difíciles o estresantes, también ante retos complicados, el lenguaje positivo es muy útil ya que nos permite elevar y mantener un estado emocional y motivacional apropiado, de manera que a pesar de las circunstancias, podamos reformular nuestro estado emocional. En este caso nuestro lenguaje interno, lo que nos decimos a nosotros mismos, es importantísimo. Las palabras de ánimo son aquí necesarias, también una postura corporal positiva que nos dé energía. Cada persona encontrará esas palabras que le calman en su historia personal, mantras que repetidos te permiten reconducir las emociones negativas, se trata de buscar esas palabras que son relevantes para uno mismo, en su propio lenguaje.
Si la situación difícil es con otra persona, la palabra clave que proponemos es utilizar “nosotros” porque rebaja los niveles de culpa y permite la empatía, facilita las conversaciones.
Y cuidado con el “no”. Nuestro cerebro reacciona muy rápido ante el “no”, ante las frases negativas. Mucho antes que ante un “sí”. Un “no” rápidamente hace que nuestro cerebro esté alerta y se activen circuitos neuronales relacionados con “no actuar por miedo o por peligro”. Es decir, ante un “no” inconscientemente nuestra reacción es de defensa y parálisis. Por ello en una situación difícil podemos evitar expresar frases negativas que activan la alerta y crean más defensas entre las personas.
¿Se podría aprovechar el poder de las palabras también para la búsqueda de empleo?
Al buscar empleo utilizamos el lenguaje continuamente: redactamos el currículum, definimos nuestro perfil en redes sociales, escribimos cartas de presentación, realizamos entrevistas… Nuestras palabras preceden y son parte de nuestra imagen de marca personal. Ser consciente de cómo impactan nuestras palabras en los demás, qué refleja de nosotros mismos el lenguaje que utilizamos, es importantísimo para crear una imagen positiva como candidato.
Además es importante el habla interior, qué nos decimos a nosotros mismos. Sostener la motivación en la búsqueda de empleo, tener el estado de ánimo necesario es un trabajo que podemos cuidar desde el lenguaje, debemos cuidar qué nos decimos a nosotros mismos, evitar penalizarnos, castigarnos, culparnos. Podemos elegir palabras positivas, darnos ánimos, cuidar nuestra energía desde el lenguaje.
¿Qué tipo de ejercicios o acciones serían recomendables para avanzar profesionalmente y en la búsqueda de trabajo?
Revisar qué escribimos, qué palabras están en nuestro currículum, en nuestro perfil, cuál es nuestro lenguaje más frecuente a lo largo de un día es el inicio del camino. Ser conscientes, que normalmente no lo somos. Nos sorprenderá probablemente cuánto usamos frases negativas incluso para decir aspectos positivos de nosotros mismos. Y luego, ir eligiendo palabras importantes, positivas, con energía, que reflejen realmente nuestra mejor imagen.
Y la mejor recomendación es contar con una buena red de apoyo, socios emocionales, compañeros que nos alientan y cuidan, que nos ayudan. Además, entrenarnos en conversar es un ejercicio necesario para el desarrollo profesional, ya que hoy en día el trabajo en equipo y colaborativo lo requiere. Más allá de hacer presentaciones, de escuchar, el arte de conversar es un ejercicio que todos podemos entrenar.