Drew Houston, el emprendedor que superó su fracaso con Dropbox
Nadie como un emprendedor sabe que de los errores se aprende, y mucho. Lo dicen todos los expertos y lo confirma la historia del inventor de Dropbox, Drew Houston, que antes de ser uno de los multimillonarios más influyentes de Sillicon Valley tuvo que hacer frente a sonados fracasos empresariales que le permitieron crecer como persona y como emprendedor. Por suerte, como él mismo ha dicho en varias ocasiones: “no tienes que preocuparte por el fracaso, solo hay que acertar una vez”. Y, con Dropbox, este norteamericano de 33 años acertó. Tanto que la revista Forbes cifra su patrimonio en 400.000 mil millones de dólares y, hoy por hoy, nadie pone en duda que es uno de los empresarios del momento.
No tienes que preocuparte por el fracaso, solo hay que acertar una vez. Drew Houston, Dropbox Share on XPara saber cómo y por qué inventó el sistema de almacenamiento de archivos en la nube hay que remontarse a su etapa de estudiante en el Massachusetts Technology Institute (MTI). Allí conoció al cofundador de Dropbox, Arash Ferdowsi, y pensó que sería buena idea contar con un sitio en la nube al que acceder desde cualquier dispositivo electrónico. Al parecer, Houston olvidaba a menudo su pendrive y, a raíz de sus despistes, empezó a construir el famoso sistema de almacenamiento online. “Iba en autobús de Boston a Nueva York y tenía un montón de cosas por hacer. Rebusqué en mis bolsillos y me di cuenta de que me había olvidado la memoria usb”, explica en una entrevista. “Entonces me dije que eso no me podía volver a pasar”. Y, a partir de ese momento, se puso a escribir los códigos de programación de lo que sería Dropbox. La idea inicial de este emprendedor en ciernes era desarrollar una herramienta para uso doméstico, pero finalmente pensó que podía ser útil para el resto de usuarios y fundó Dropbox. Era 2008, tenía 25 años y, a pesar de que los inversores fueron un tanto reacios al principio, el éxito de la aplicación fue meteórico.
La clave del emprendedor: no rendirse
Pero, como decíamos antes, el camino hasta el éxito no fue tan sencillo. Cuando estaba estudiando en el MIT quiso probar suerte con un programa para jugar al póker en la red. Fue un fracaso total, pero Houston nunca ha renegado de sus fallos: “Había errores de programación que hacían que el jugador no pudiera ir a ninguna apuesta y pasara en cada mano. Era una forma automatizada de perder todo tu dinero”, se ríe cada vez que le preguntan al respecto.
Tampoco funcionó la idea de dar cursos en línea para ayudar a los estudiantes en su examen de admisión a la universidad. Trabajó en el proyecto durante tres años y, finalmente, tuvo que abandonarlo por falta de apoyos. Pero no se rindió y siguió trabajando duro para conseguir algo que la gente verdaderamente quisiera y necesitara. “Hacer algo que la gente quiere. Sé que suena muy obvio, pero cuando examinas el porqué del fracaso de las empresas, ves que normalmente es porque no tienen un público lo suficientemente amplio”, ha comentado en varias ocasiones este emprendedor de éxito. Él, después de varios fracasos, dio con la brillante idea de Dropbox, que hace un año superaba ya los 400 millones de usuarios.