“Empezar de cero siempre requiere un esfuerzo”
Arancha Rodrigo tiene 30 años y trabaja en Montpellier. Tras vivir dos años en Francia con una beca de formación universitaria Erasmus, decidió repetir la experiencia. Está satisfecha con la decisión. Eso sí, aunque positiva, irse a vivir y trabajar fuera no es siempre un camino de rosas. Arancha recomienda ser conscientes de que requiere un esfuerzo personal.
¿Por qué escogiste Francia?
El primer factor fue el práctico. Había estado con un programa Erasmus los dos años anteriores, así que conocía la lengua lo suficiente como para comunicarme escrita y oralmente. Lo importante es que me permitió ganar experiencia y perfeccionar mi idioma como para encontrar un trabajo mejor. El tener la doble titulación de una escuela francesa me abrió bastantes puertas de cara a las empresas ya que representaba la garantía de mi formación. El segundo factor fue que Francia había anunciado fuertes inversiones en el campo en el que yo quería trabajar y en el que ya había realizado prácticas, así que tenía más posibilidades de encontrar un puesto. El tercer factor fue que me gusta el país.
¿Por qué decidiste emigrar?
Después de tantos años de estudios y tras haber tenido una tan buena experiencia Erasmus, ¡quise repetir! Además, el ámbito en el que yo quería trabajar no estaba muy desarrollado en España y en ese entonces no había tampoco una clara voluntad de desarrollarlo.
¿Dónde has decidido continuar con tu vida laboral?
En Francia, pero en otra ciudad y otra empresa. Tras casi dos años en Nantes trabajando para una subcontrata de operadores de telecomunicaciones, encontré un trabajo más interesante y con mejores condiciones en otro operador. Además, el puesto estaba basado en Montpellier, al sur, más cerca de España y, sobre todo, con un clima más parecido.
¿Cómo valoras la experiencia de buscar trabajo fuera?
La experiencia, muy bien. Irme sola, aprender a adaptarme, convivir con gente nueva, de cultura distinta y con otras costumbres te ayuda a abrirte al mundo. Ya sé que es lo típico que decimos siempre, pero es la verdad. Te ayuda a borrar falsos mitos, a veces absurdos, y a darte cuenta de que, ante todo, todos somos personas.
¿Qué le dirías a alguien que se esté pensando irse a vivir y trabajar fuera?
¡Qué no dude en hacerlo, pero que se prepare primero! Empezar de cero en cualquier sitio, fuera o en tu país, requiere un esfuerzo personal. No es siempre un camino de rosas, ¡cuidado con las espinas!
