“Emigrar es una muy buena manera de espabilarse”
Arabella Riveiro Lois salió de España en 2013 buscando estabilidad laboral, lo que no ha tardado en conseguir gracias a su empuje y determinación. Actualmente trabaja como Official Veterinarian y Meat Hygiene Inspector en Gales (Reino Unido) y nos cuenta las claves para emigrar con éxito.
¿Cuándo y por qué decidiste irte a vivir a Gales?
Emigré por primera vez en febrero de 2013, cuando la tasa de paro estaba en su nivel más alto, después de más de un año y medio buscando trabajo. Con 31 años, no podía ponerme a esperar a que sonase la flauta y “apareciese” algo. Decidí salir a buscarlo. Con el primer currículum que envié a Inglaterra conseguí ya una entrevista vía Skype y a las tres semanas estaba en Leeds, firmando un contrato.
Pasé diez meses trabajando en Inglaterra hasta que me ofrecieron de nuevo trabajo en España y me volví a casa. Pero en menos de un año la empresa cerró, así que tras seis meses haciendo algunos trabajos temporales, vi que no tenía más remedio que coger la maleta una vez más y me fui a Gales.
¿Te fuiste con empleo?
Sí, salí de España ya con trabajo, de otra manera no me hubiese venido. Y lo conseguí buscando a los managers de diferentes empresas y contactando directamente con ellos vía LinkedIn. Tenía experiencia previa y, por lo tanto, estaba lista para empezar a trabajar inmediatamente sin pasar por ningún período de training, lo cual les interesaba.
¿Cómo es tu vida allí?
Pues un tanto monótona. Gales es un país con muy poca densidad de población y eso se nota bastante en que no hay muchas actividades, sobre todo viviendo como yo en una zona tan rural. Todo queda “lejos” y las comunicaciones y transporte para viajar a España dejan bastante que desear. ¡Nada que ver con Hampshire, donde vivía antes, a horita y media de Londres! Sin embargo, se hace más llevadero cuando pienso en esto como una inversión de futuro. Es la experiencia y la formación necesarias para dar el siguiente paso a nivel laboral.
Mi vida aquí consiste en trabajar bastante de lunes a viernes y en quedar con otros extranjeros y explorar los alrededores los fines de semana. ¡Me encanta salir de excursión a conocer otros pueblos y ciudades! Acabas relacionándote sobre todo con otros emigrantes porque es con quienes tienes más cosas en común y no es fácil entrar en los círculos de los locales, máxime cuando saben y sabes que estás simplemente de paso. También por eso escribo un blog donde voy contando mis andanzas.
¿Qué ha sido lo mejor y lo más difícil hasta ahora?
Lo mejor es la tranquilidad de tener un trabajo medianamente estable y con perspectivas de mejorar, el dejar de tener miedo por el qué pasará. Emigrar es una muy buena manera de espabilarse y de aprender por ti mismo, de ganar en autoconfianza, de abrir la mente, de conocer gente totalmente diferente de aquellos con quienes te relacionabas en tu país, de conocer otras culturas y formas de ver la vida.
Lo peor, obviamente, es todo lo que tienes que dejar atrás: empezando por la familia y siguiendo por planes y proyectos que ya no se van a cumplir. Pero bueno, toca hacer nuevos proyectos y con la familia trato de comunicarme a diario.
¿Qué le recomendarías a alguien que quisiera probar suerte en esta ciudad?
Que vengan con trabajo de antemano o con una propuesta en firme. Hay que tener en cuenta que en las zonas rurales las perspectivas de encontrar empleo bajan considerablemente. Como contrapartida, todo es también más barato, sobre todo la vivienda. Que tengan en cuenta también la soledad, ya que no es lo mismo encontrar gente afín en una ciudad más o menos grande que en un pueblo. Y, por último, que tengan claro su objetivo, lo que les ayudará a sobrellevar mejor el hecho de emigrar.
Mi consejo para cualquiera que quiera emigrar es: antes de nada, tratar de encontrar trabajo desde España o por lo menos tener contactos dentro de la empresa donde se quiera entrar, contactar con varias personas de la misma (vía Facebook, LinkedIn, email…). Sin ser pesados pero mostrando un interés real. No centrarse en una sola empresa o en un solo sector. También, que vengan con un saco cargado de humildad para tratar de aprender de todo aquel que quiera enseñarles. Y, ante todo y sobre todo, ponerse a tope con el idioma. Todo lo que se “sufra” aprendiéndolo en España es sufrimiento que se ahorrarán aquí y podrán focalizar sus energías en otras cosas, desde la búsqueda de empleo hasta el encontrar gente con la que socializar.