El liderazgo es una mezcla de predisposición y desarrollo

Tiene tan sólo 35 años y Marta Romo ya ha fundado cuatro empresas, entre ellas Be-up. ¿Su lema? “Creer es crear”. “Lo aplico en todas las circunstancias de la vida, personales y profesionales. Si tú no crees en lo que haces, o mejor dicho, en lo que puedes llegar a hacer, apaga y vámonos. Visualizar, imaginar, creer… en definitiva, tener fe, es lo que diferencia a las personas que consiguen sus metas de las que cesan en el empeño”, explica en esta entrevista a Adeccorientaempleo. También considera que el esfuerzo es básico para conseguir éxitos.

Un líder, ¿se nace o se hace?
No hay ninguna investigación a día de hoy que demuestra que el liderazgo es cuestión de genética. Lo que sí es cierto, es que te tiene que gustar liderar… y eso tiene que ver con la motivación, con la bioquímica, y esto sí que, de alguna manera, viene de serie. Es decir, que nacemos con ciertas predisposiciones, gustos o preferencias. Así que, podríamos decir que el liderazgo es una mezcla entre predisposición y desarrollo, pues por mucho que te guste esto de liderar, si no te preparas y aprendes cómo se hace difícilmente serás buen líder.

¿Cuáles son, para usted, las principales características de un buen líder?
Un auténtico líder, crea más líderes a su alrededor, no crea seguidores… Y para ello, cree más en sus colaboradores que ellos mismos, les desarrolla, les hace crecer y ser independientes. Para mi esto lo resume todo. Por otra parte, ser líder conlleva mucha responsabilidad y generosidad, sobre todo porque está en juego la felicidad de las personas lideradas. Toda persona que ejerza un rol de liderazgo, va a dejar un legado, una influencia y una huella sobre las personas a las que lidera. Lo quiera o no. Lo que el líder deja será parte de lo que su equipo aporte al presente y al futuro. Esforzarse por dejar un buen legado de liderazgo es un acto generoso, de contribución a la sociedad.

Uno de sus últimos libros es La mujer líder. ¿En qué se diferencia el liderazgo femenino del masculino?
Según apuntan numerosos estudios, las mujeres somos más intuitivas y mostramos una mayor habilidad para el lenguaje. También está demostrado que tenemos más capacidad de empatía, de recuperación y de “multi-tasking”, entendida como la facultad para hacer varias tareas al mismo tiempo. Todo esto marca nuestra manera de hacer las cosas. Por ejemplo, favorece el diálogo, la participación y la diversidad. Por lo general, el liderazgo femenino no está vinculado al poder, sino más bien a la autoridad moral y competencial.

Con 35 años ya ha creado cuatro empresas y dos asociaciones. ¿Cuál es el secreto?
Para mi no hay muchos secretos: esfuerzo, esfuerzo y esfuerzo. Es duro levantar una empresa y sobre todo que perdure. Contar con personas que suman, con un equipo talentoso y que se implique en el proyecto como propio, también es clave. Es la única manera de llegar a todo y de poder crecer… El tiempo del emprendedor es limitado, como el de cualquier persona, y llega un momento que se necesita escalar. En ese punto, el emprendedor a de pasar a ser empresario, ocupándose sólo de aquellas actividades que aportan valor y delegando el resto. Para mi esto ha sido clave.

Usted dice “creer es crear”. ¿Es lo básico para ser emprendedor?
Sí, este es mi lema… Lo aplico en todas las circunstancias de la vida, personales y profesionales. Si tú no crees en lo que haces, o mejor dicho, en lo que puedes llegar a hacer, apaga y vámonos. Visualizar, imaginar, creer… en definitiva, tener fe, es lo que diferencia a las personas que consiguen sus metas de las que cesan en el empeño. La diferencia está en que unas han visto lo que pueden llegar a conseguir, y lo han visto con claridad, entonces no hay dudas y son capaces de sacrificarse por esa “visión”. Y las otras, al no creer, no tienen la imagen formada de lo que pueden conseguir, esto les hacer perder fuelle y venirse abajo con cualquier contratiempo. Además esta capacidad de visualizar, te permite crear cosas nuevas porque te transporta al futuro, donde todo es posible.

¿Qué le diría a alguien que quiere emprender?
Lo primero que se aleje de los “passion killers”, personas asesinas de pasión, auténticas expertas en quitar las ganas y chupar la energía. Son pesimistas y se quejan de todo.
Después que trate por todos los medios de combinar el disfrute con el esfuerzo a la hora de llevar su sueño a cabo.