El éxito de una carrera está en la complicidad entre la tarea y el talento, la pasión y la motivación
Santiago Álvarez de Mon es profesor del IESE Business School, una institución líder en la formación de directivos, desde hace 23 años. Su consolidada trayectoria le ha permitido configurar una visión clara de los ingredientes que deben ser tenidos en cuenta para enfocar el desarrollo profesional: “El éxito de una carrera fecunda está en la complicidad entre la tarea que se debe llevar a cabo y el talento, la pasión y la motivación”, afirma.
Ahora bien, cabe “compaginar eso con el realismo suficiente para saber que quizás el trabajo que más te colma, el trabajo más gratificante, no está a la vuelta de la esquina.” Por eso, el profesor aconseja “aceptar cualquier trabajo como una fuente de aprendizaje y como una experiencia enriquecedora”, y advierte: “A veces, la búsqueda del trabajo perfecto te evita llegar a él”.
En cualquier caso, Álvarez de Mon subraya que el contexto actual proporciona, por sí solo, una buena dosis de realismo a quienes plantean su carrera profesional. “La crisis es una escuela muy exigente e implacable”, señala. En este sentido, el profesor destaca que muchos jóvenes, “y no tan jóvenes”, están saliendo al extranjero: “eso es un ejercicio de realismo, de humildad y de constatar que las oportunidades en algunos sectores están fuera”. Álvarez de Mon valora esta experiencia en el exterior como algo positivo. “Es doloroso salir”, reconoce, “pero el que vuelva, lo hará enriquecido”, añade.
En cuanto al papel que debe jugar la academia en un contexto como el actual, Álvarez de Mon considera que los centros de formación deben “intentar equilibrar lo inherente a una buena educación”. Por un lado, la formación debe proporcionar una fuerte carga teórica y profundidad intelectual; esto se consigue fomentando el pensamiento propio, suscitando preguntas inteligentes y transfiriendo los conocimientos necesarios. Por el otro, cabe empujar a los jóvenes a emprender y estudiar de un modo mucho más operativo, participativo y práctico. En el IESE, explica Álvarez de Món, esta visión más práctica “forma parte del ADN” de la institución. El profesor espera que, en general, “el universo educativo español vaya caminando en esa dirección, sin detrimento de la carga de profundidad teórica que necesitamos”.
