El ebook es una puerta rápida para publicar tu libro

Toni es un escritor barcelonés que a pesar de las dificultades económicas ha decidido no renunciar a su pasión; y a través de su blog Autotomía comparte fragmentos de sus escritos, brinda consejos para escritores que acaban de comenzar y les ánima a la auto-publicación. Además de permitirle difundir sus escritos, Autotomía le dio a Toni la oportunidad de hacer nuevas e interesantes amistades y vivir gratas experiencias.

¿Cómo y cuándo se inició este proyecto? 

“Autotomía” surgió en el verano de 2013. Pretendía ser un modesto portal desde el que promocionar un conjunto de relatos de fantasía y terror agrupados bajo ese título y autopublicados en septiembre en formato ebook. Fue un proyecto conjunto ya que en la corrección, maquetación y diseño participó Encarni Mármol. Además, el libro incluía letras capitulares diseñadas por mi hermano, Daniel Cifuentes, y fotografías en blanco y negro que cerraban cada historia realizadas por el fotógrafo urbano Román Castillo.

¿Cómo ves el panorama actual de la autopublicación?

Autopublicar hoy en día es muy fácil. El ebook ha abierto una puerta rápida y sencilla para poner tu libro al alcance de muchos. Lo difícil es darlo a conocer entre la enorme cantidad de autopublicaciones. El reto creo que consiste, más que en obtener muchos lectores, en lograr un producto consistente, de calidad y atractivo, a la altura de cualquier proyecto profesional. Aunque esto no garantiza lectores, sí permite destacarse un poco respecto a esa ingente cantidad de libros, algunas veces y por desgracia, autoeditados con prisas, con un mal diseño y con errores ortotipográficos. No considero esto malo, pero la saturación dificulta la visibilidad de los buenos trabajos. Además, hay poca ayuda para los nuevos autores. Plataformas como Entreescritores permiten tener un escaparate interesante, obtener valoraciones y ayudan un poco, si no a posicionarte, por lo menos a tener una visión más crítica de tu trabajo y mejorar, lo cual creo que es a lo que debería aspirar todo nuevo escritor.

¿Qué es lo mejor de tu trabajo?

Para un escritor lo mejor de todo es escribir. Además, uno adapta su horario intentando dedicarle todo el tiempo posible. En estos últimos meses he llegado a profesionalizar lo que para mí siempre fue una afición, pero los frutos de ese esfuerzo pueden llegar o no llegar nunca. De que lo haga lo mejor posible puede surgir alguna editorial (que las hay si se sabe buscar) que crea en mi trabajo y me permita caminar un poco más lejos. Ese futuro incierto, aunque no lo parezca, me motiva y me da fuerzas. Pero es muy complicado vivir de esto, por no decir imposible.

¿Qué es lo más difícil? 

Dejar a un lado las dudas que a veces asaltan. Esas dudas que pueden detener en seco un proyecto en el que uno ha estado trabajando durante meses y hacer que todo se quede en nada. Pero en esto intervienen muchos factores que, con la práctica, pueden eliminarse.

¿Qué consejo le darías a alguien que está buscando empleo en tu sector?

Que es necesario buscarse un trabajo complementario, como lo he hecho siempre. Muchos escritores que publican y venden novelas son profesores o conductores de autobús. Ni siquiera escribir una gran novela es sinónimo de tener la partida ganada. La literatura es una profesión como la de un vendedor de camisas: tienes que levantarte temprano, acudir a tu puesto con el mejor ánimo y esforzarte en vender (en este caso escribir) todo lo que puedas todos los días. Para un escritor, además, no hay día de descanso ni límite de trabajo. Pero si aun así no hay desánimo alguno en ese alguien pretendiente a escritor, entonces hay que leer muchos libros y de todo tipo (incluidos los de cómo escribir). Abrir un blog es un buen comienzo para crear una comunidad amiga, compartir ideas y conocer a otros autores. Luego hay que escribir unos cuantos relatos, mandarlos a concursos, ganar alguno si es posible, probar suerte con una novela y enviarla a todas las editoriales habidas y por haber. Tal vez un agente literario pueda ayudar un poco en esta tarea final. Así que hay posibilidades y cada vez más. Solamente queda lo más difícil: escribir mucho y hacerlo muy, pero que muy bien.