¿Has oído alguna vez hablar del currículum ciego? Probablemente no lo hayas hecho porque, en realidad, hasta ahora en España era algo anecdótico. De hecho, si revisas el tuyo propio seguramente encuentres en la primera parte de la primera hoja tu nombre, tus apellidos, tu fecha de nacimiento, tu dirección y, por supuesto, tu fotografía. Pero, cada vez más personas se hacen la misma pregunta: ¿de verdad aporta algo toda esta información personal?
En otros países como Reino Unido no aceptan currículos con este tipo de datos de carácter personal porque consideran que pueden ser motivo de discriminación en los procesos de selección. Por eso, su modelo estándar de CV es totalmente ciego, es decir, sin ningún tipo de información personal (nada de nombre, apellidos, fecha de nacimiento, estado civil…), ni fotografías. Incluso algunas empresas como el bufete de abogados Clifford exigen a sus candidatos que omitan el nombre de la universidad en la que han estudiado. ¿Por qué? Porque consideran que la reputación de la misma puede influir directamente en la predisposición del entrevistador y hacer que no tenga en cuenta el resto factores –trayectoria profesional, experiencia, competencias, habilidades, etc.– del postulante.
En España todavía no se plantean ir tan allá, pero sí se habla ya de la necesidad de implantar un modelo de CV ciego que permita salvar las dificultades a las que se enfrentan hoy en día cuando buscan trabajo algunos colectivos, como el de mayores de 45 años. De hecho, el pasado mes de febrero, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Monserrat, explicó en el Congreso la necesidad de instaurar el currículum ciego en todos los procesos de selección y promoción laboral. “Es una buena herramienta para presentar candidata a un puesto de trabajo y que se valore realmente la formación o la experiencia como criterios de selección y que no se tengan en cuenta aspectos como la edad, el sexo, la orientación o la ideología”, comentó.
Y tú, ¿estás de acuerdo con ella?
