Discapacidad y empleo
Tener una discapacidad no es un impedimento a la hora de encontrar un trabajo. Discapacidad y empleo están vinculados a través de la propia legislación. La ley vigente deja claro que existe una serie de medidas encaminadas a facilitar la inserción laboral de las personas con discapacidad.
Para poder acceder a uno de estos puestos de trabajo, es esencial que la persona interesada tenga vigente el reconocimiento de un grado igual o superior al 33% de discapacidad. Esta realidad queda reflejada oficialmente a través de un documento denominado como certificado de discapacidad.
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Cómo acreditarse como discapacitado
El primer paso para poder certificar oficialmente que se tiene el grado legal de discapacidad al que obliga la Administración Pública te lleva a los Centros Base de Atención a Personas con Discapacidad.
Estas ubicaciones dependen de cada comunidad autónoma, ya que son ellas las que están habilitadas como competentes para gestionar estos asuntos. Además, se añaden las Direcciones Provinciales del IMSERSO de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.
A través de estas instituciones se garantiza una cuota legal que sirve para reservar puestos de trabajo para personas discapacitadas. Esta cifra se corresponde con el 2% de la plantilla en las empresas que cuentan con más de 50 trabajadores.
Además, las empresas se ven beneficiadas por este tipo de contrataciones. Obtienen bonificaciones en las cuotas a abonar a la Seguridad Social, subvenciones y deducciones fiscales. Igualmente, toda empresa que cumpla con estos requisitos tendrá prioridad a la hora de establecer relaciones comerciales con el la Administración Pública. Todo ello se ve reflejado en la Ley 30/2007 de Contratos del Sector Público.
Como en todo, existe una excepción a la regla. Las empresas con más de 50 trabajadores pueden, excepcionalmente, eludir el cupo del 2%. Así lo regula el Real Decreto 364/2005, de 8 de abril, que admite la acreditación de la organización con impedimentos para asumir este tipo de contratación durante un periodo de 3 años.
En estos casos, de manera optativa, las compañías pueden acogerse a medidas alternativas:
- Contratar los servicios de un centro especial de empleo o de un trabajador autónomo discapacitado.
- Constituir enclaves laborales.
- Suplir las contrataciones con donaciones y patrocinios.
Centros especiales de empleo
Cuando analizamos el binomio discapacidad y empleo, no podemos eludir la importancia de los centros especiales de empleo. Se trata de organizaciones que, aunque tengan fines lucrativos, son capaces de facilitar trabajos remunerados y adaptados a trabajadores discapacitados.
En este caso, las empresas pueden conseguir un beneficio a través de subvenciones y bonificaciones relacionadas con la Seguridad Social. Esta situación es posible siempre que se mantenga una plantilla en la que, como mínimo, se cuente con un 70% de empleados discapacitados.
Enclaves laborales
Los enclaves laborales son los acuerdos que se establecen entre los centros especiales de empleo y las organizaciones. Con ellos, los discapacitados pueden realizar desplazamientos, temporalmente, a entidades colaboradoras.
La regulación de este tipo de colaboraciones se realiza al amparo de el Real Decreto 290/2004, de 20 de febrero.
Cómo se trata la discapacidad en las empresas más comunes
Es conveniente que se determinen cómo se trabaja con la discapacidad en las empresas. Las organizaciones que confíen en un discapacitado, tanto físico como sensorial superior al 65%, contará con el respaldo de un preparador laboral. Lo mismo ocurre con discapacitados con enfermedad mental, discapacidad intelectual o parálisis cerebral superior al 33%.
Esta situación es conocida como Empleo con Apoyo. De nuevo, las empresas pueden realizar sus solicitudes para subvencionar sus centros especiales de empleo. Del mismo modo, se podrá ejercer en el ámbito de las asociaciones, fundaciones y entidades sin ánimo de lucro que faciliten la inserción laboral de las personas con discapacidad.
Dónde encontrar empleo si tengo discapacidad
Toda empresa, independientemente de su tamaño, puede ofrecerte un trabajo. Ahora bien, tendrás más oportunidades siempre que pongas tu objetivo en organizaciones con más de 50 empleados o en centros especiales de empleo.
Está claro que contratar a discapacitados también conlleva una serie de beneficios para las empresas. De hecho, al margen de las subvenciones y ayudas públicas, aumenta el valor añadido de la organización como empresa comprometida.
En la actualidad, las organizaciones están muy concienciadas sobre la imagen que ofrecen a un público cada vez más comprometido. La discapacidad es un reto que toda empresa debe asumir. Al margen de conseguir personal cualificado, su militancia permitirá que sus seguidores adviertan con más potencia su imagen de marca.