“Cuando uno se compromete de verdad, las utopías dejan de serlo y se convierten en realidades”
Durante más de treinta años, Joan Antoni Melé trabajó en una importante caja de ahorros. En desacuerdo con los efectos de la globalización y del funcionamiento de la banca convencional, a los cincuenta y cinco años lo dejó todo para convertirse en uno de los directores de Triodos Bank, entidad pionera en el concepto de banca ética. Acaba de publicar un libro, Economía explicada a los jóvenes.
¿Qué le llevó a marcharse de una importante caja de ahorros y participar en el desarrollo de Triodos Bank?
Desde finales de los años 90 yo ya conocía esa otra forma de hacer banca, que en Europa y en EE.UU. la gente denominaba “banca ética”. Eso coincidió con un cambio rotundo en la economía hacia la renombrada “globalización”, que desde mi punto de vista ha supuesto una pérdida de los valores humanos y una obsesión por el crecimiento especulativo y por los beneficios rápidos sin tener en cuenta las consecuencias. Esa visión también llegó a los bancos y a las Cajas de Ahorros, que en pocos años perdieron su esencia y llegaron a los extremos que todo el mundo ahora ya conoce. Yo ya veía todo esto y no estaba de acuerdo con ello, y a finales de los 90 comencé a difundir las ideas de la banca ética a través de la Asociación FETS, y cuando Triodos Bank me propuso desarrollar la primera oficina en España, concretamente en Barcelona, fue para mí una gran oportunidad de poner en práctica lo que estaba predicando, y de ser plenamente coherente con mis valores.
¿Qué le ha reportado esta aventura?
Ha supuesto un cambio radical en mi vida. En primer lugar, porque creo que por primera vez me sentí libre. Había superado el miedo a perder una trabajo seguro con una prejubilación a las puertas (que es el anhelo de casi todo trabajador de la banca) y, sin ningún tipo de indemnización, me lanzaba a la aventura de desarrollar un banco que nadie conocía, y un concepto, el de banca ética, que en el mejor de los casos provocaba sonrisas. Esto también me dio fuerza y coraje, y me permitió descubrir que, cuando uno se compromete de verdad, las utopías dejan de serlo y se convierten en realidades.
También me ha permitido descubrir capacidades que yo no sabía que tenía, y comprobé que un famoso escrito de Johann W. Goethe sobre la iniciativa es totalmente cierto: Cuando uno se compromete, todo el universo se confabula para ayudarte, y surgen personas y apoyos que nunca hubieras imaginado que podrían surgir. ¡Tenemos tantas posibilidades! Pero el miedo nos anula y nos convierte en caricaturas de quienes podríamos llegar a ser.
¿Por qué es necesaria una banca ética?
Es importante mostrar que otro tipo de banca es posible, una banca en la que el dinero que procede de los ahorros de los ciudadanos revierte de nuevo a los ciudadanos o a las empresas en forma de préstamos, de créditos o de anticipos, para que de esa forma pueda desarrollarse la economía de manera que todo el mundo tenga la posibilidad de cubrir sus necesidades.
Para que una banca reciba ese nombre de “ética” (nombre que han puesto los ciudadanos), hacen falta algunos requisitos. En primer lugar, el banco tiene que tener bien definidos los criterios de inversión y de no inversión en base a criterios éticos, es decir, de respeto a los seres humanos y al medio ambiente, por delante del interés por los beneficios, que también deben existir. En segundo lugar, debe existir transparencia; y teniendo en cuenta algunas publicidades que están surgiendo últimamente, a mí me gustaría decir que hace falta “transparencia radical”. Hay que contar a los clientes qué se hace con su dinero, pero hasta el último céntimo: en qué empresas, en qué fondos especulativos, en qué países, a qué partidos políticos y a qué sindicatos se está financiando, etc. Y, en tercer lugar, la diferencia salarial entre el directivo que más cobra y el empleado que menos cobra tiene que ser muy limitada. En banca esa diferencia puede llegar a cifras muy sorprendentes.
Por eso es necesaria una banca ética como Triodos Bank, una banca moderna con todos los servicios y que, además, es una banca de mucho éxito. Porque eso es una prueba de que se pueden hacer negocios de otra forma; si un banco lo ha hecho, lo puede hacer todo el mundo, no hay excusas.
En La economía explicada a los jóvenes, explica cómo funciona la economía y proporciona herramientas para que la gente más joven empiece a utilizar su dinero de forma responsable. ¿Cuáles son estas herramientas?
En primer lugar, mostrar que una cosa es la economía y otra muy distinta la teoría económica, que es abstracta y compleja, y que incita a muchas personas a pensar que no es asunto suyo. Creo que es fundamental que los jóvenes tomen conciencia del “principio de dependencia mutua”, es decir, que ninguno de nosotros somos autosuficientes y necesitamos a los demás para cubrir nuestras necesidades. Alguien debe hacer pan, cultivar un huerto, conducir un autobús, etc. De ahí debería surgir de forma natural el principio del “apoyo mutuo”, no el de competencia que se nos ha inoculado y se sigue inoculando como si fuera lógico e inevitable. Éste es el primer cambio radical que debemos introducir en la educación de los jóvenes, y hacerles ver que cuando no se tiene en cuenta a los demás, tarde o temprano todos pagamos las consecuencias del error.
A partir de ahí puede cambiar completamente el concepto de trabajo. No deberíamos trabajar para ganar dinero para cubrir nuestras necesidades o nuestros caprichos, sino que el trabajo es la oportunidad para desarrollar todas nuestras capacidades y, con ello, ayudar a que los otros seres humanos puedan cubrir sus necesidades. Podemos trabajar por necesidad y obligación, o podemos hacerlo con libertad, amor y creatividad para conseguir un mundo mejor. El modelo antiguo ya hemos visto a dónde nos ha llevado, quizás ya sea hora de tener coraje para cambiarlo.
Otra herramienta consiste en hacerles ver las diferentes formas de usar el dinero: compra – ahorro – donación, y enseñarles a hacerse preguntas para descubrir qué consecuencias tendrán sus decisiones en esos tres usos del dinero, para sí mismos, para los demás seres humanos y para la Tierra.
También se propone como ejercicio de toma de conciencia el llevar la propia contabilidad hasta el último céntimo, para ver exactamente en qué se gasta el dinero. Ahí surgen muchas sorpresas, casi nunca somos conscientes de lo que estamos haciendo; nuestra relación con el dinero se mueve por impulsos subconscientes, y esto significa una pérdida de libertad.
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para hacer un mundo más justo a través de la gestión de nuestro dinero?
En primer lugar revisar si nuestro consumo es responsable y apostar por el consumo de productos ecológicos de proximidad y de comercio justo. También es necesario que nos informemos de los efectos destructivos que tienen para nuestra salud y para la del planeta el exceso de consumo de alimentos animales. Es totalmente insostenible y debe reducirse drásticamente (lo ideal es la alimentación vegetariana).
A la hora de ahorrar hay que pensar los criterios con los que vamos a elegir el banco que gestione nuestros ahorros, o al que vamos a pedir un préstamo. Mucha gente critica a los bancos y su comportamiento, pero siguen trabajando con ellos como si no hubiera otra alternativa. Y esa alternativa existe y es la banca ética, que sigue creciendo y espero que lo haga más en el futuro. Si mi criterio es elegir al banco que más me paga por mis ahorros (o me regala alguna tontería que no necesito), o pido el préstamo al banco que me lo concede más barato, entonces mis criterios no son diferentes de los suyos. Si solo buscamos el máximo beneficio personal acabamos creando la sociedad deshumanizada y destructiva que hoy tenemos.
Una pregunta que nos gusta hacer a nuestros entrevistados, ¿qué es lo que más le gusta de su trabajo?
En primer lugar, creo que es útil y eso le da sentido, y da sentido a mi vida. En segundo lugar, la oportunidad que me brinda de conocer a personas comprometidas que también están luchando para mejorar este mundo, y que me dan fuerza para mantener el entusiasmo y el compromiso. Como dice una canción de Raimon, “somos más de lo que quieren y dicen”.