“Con esfuerzo hay recompensa, seguro”
Después de hacer un Erasmus en Suiza en 2011, Marta decidió seguir formándose profesionalmente fuera del país y para ello eligió como destino Alemania. Allí comenzó realizando prácticas y actualmente trabaja como arquitecta en Múnich. Esta joven valenciana, que desde su blog personal nos incita diciendo: ‘que jamás te cuenten aquello de lo que tú puedes ser testigo’, hoy comparte con nosotros su experiencia.
Marta, ¿cuándo y por qué decidiste emigrar?
En quinto de carrera cursé un año Erasmus en Lausanne (Suiza) y estando allí tomé la decisión de no volver a España y seguir formándome profesionalmente en el extranjero; en España las posibilidades de trabajo eran escasas y me apetecía seguir por Europa. Busqué unas prácticas en un despacho de arquitectura y las circunstancias me trajeron a Múnich, donde vivo hace algo más de tres años.
¿A qué te dedicas?
Soy arquitecta y trabajo como tal desde principios de año. Antes estuve de prácticas también en un despacho de arquitectura.
¿Sabías alemán al llegar? ¿En qué idioma te comunicas principalmente?
Al llegar apenas sabía alemán. Presentarme, preguntar la hora y poco más. Desde el primer momento mi jefe me exigió que aprendiera y desde el primer momento me lo tomé en serio. He intentado siempre hacer amigos alemanes y que el alemán fuera mi idioma habitual. Mayormente uso el alemán en mi vida, tanto en lo profesional como en lo personal.
¿Cómo es tu vida en Múnich?
Estupenda. No me puedo quejar de nada. La clave es disfrutar de una buena rutina para ser feliz y en ese aspecto intento hacer actividades variadas alternando con vida social. Trabajo 42 horas semanales y después del trabajo o bien hago deporte (natación, pilates, escalada) o bien quedo con amigos. Además, la oferta cultural de Múnich es amplísima, así que es imposible aburrirse en la ciudad.
¿Qué ha sido lo mejor y lo más difícil hasta ahora?
Lo mejor, sin duda, es el constante aprendizaje, el darme cuenta de lo que soy capaz y sentirme valorada profesionalmente. Vivir aquí es un reto constante y es muy satisfactorio. Lo peor fueron los comienzos y el estar lejos de la familia y los amigos. Irremediablemente, uno se pierde eventos importantes.
¿Cómo es la situación laboral?
En Múnich concretamente hay mucho trabajo pero lo de “venir a probar suerte” es una equivocación. Se necesita el alemán para cualquier puesto. Si uno tiene ganas, con 6 meses intensivos (en el país), se puede aprender el idioma, al menos lo suficiente como para hacerse entender y empezar a trabajar. Lo de venir y besar el santo aquí no pasa, en Alemania hay que trabajárselo, pero con esfuerzo hay recompensa, eso seguro.